Periodista: David Sibaja.

De los medicamentos sabemos poco, pero de lo que más nos preocupamos es del precio. Este problema podría tener una solución en la sede de la Universidad de Costa Rica (UCR) en San Pedro. Ahí se hacen las pruebas de equivalencia entre medicamentos genéricos y originales o, si lo quiere ver de otra forma, los caros y los que el mercado ofrece más baratos.

Los fármacos se pesan, se les ve la composición química y se miden en equipos especiales, para ver si se disuelven igual en el organismo.

“¿Qué queremos ver? Que esos medicamentos cumplan con las especificaciones de calidad, que tengan el principio activo que el medicamento dice contener y en la cantidad que dice tener”, explicó la directora del Laboratorio de Análisis y Asesoría Farmacéutica de la UCR, Jeimy Blanco.

Pese a esto, la solución a su bolsillo aún estaba incompleta, pero este 2025 será una realidad gracias a una prueba clínica: se va a realizar un nuevo procedimiento para probar medicamentos genéricos y originales en pacientes, y confirmar si los genéricos que le venden en una farmacia tienen la misma eficiencia.

¿Eso como nos beneficia?

“Esto va a permitir reducir el costo de los medicamentos, porque vamos a tener medicamentos bioequivalentes, eso es comparar un medicamento original con uno genérico y garantizar que tengan el mismo perfil de seguridad y eficacia por medio de una prueba que se llama bioequivalencia”, dijo el director del Instituto de Investigaciones Farmacéuticas de la UCR, Germán Madrigal.

Aunque un medicamento genérico haya sido probado en Asia o Europa, no significa que en Costa Rica sirva igual; por eso, la UCR hará pruebas en costarricenses para, genéticamente, decir cuáles medicinas genéricas, o sea, las más baratas, servirán para nuestros tratamientos y así ahorrar miles de colones en la farmacia.