El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Marco Rubio, habló este miércoles "con el presidente legítimo de Venezuela, Edmundo González Urrutia, y la líder de la oposición María Corina Machado", informó el Departamento de Estado.
Dos días después de la investidura del presidente Donald Trump, Rubio formalizó el respaldo de la nueva administración estadounidense a González Urrutia, quien denuncia la reelección del gobernante izquierdista Nicolás Maduro en el país caribeño como un fraude y reclama un triunfo en las urnas.
Rubio "elogió el coraje del pueblo venezolano frente a la represión" de "Maduro y sus compinches", precisó Tammy Bruce, portavoz del Departamento de Estado en un comunicado.
Rubio reiteró el apoyo de Washington "a la restauración de la democracia en Venezuela, así como a la liberación incondicional e inmediata de todos los presos políticos", añadió la portavoz.
Urrutia, quien asistió a la investidura de Trump, agradeció la conversación con el nuevo Secretario de Estado y expresó que "demuestra la prioridad que Venezuela tiene en su agenda".
"Su respaldo es un impulso clave", siguió en un mensaje en la red social X.
Trump ya había llamado a González Urrutia "presidente electo" después de que la oposición venezolana denunciara que Machado fue brevemente "retenida por la fuerza" tras una protesta contra la toma de posesión de Maduro el 10 de enero.
"Sabemos que contamos con nuestros aliados estratégicos", expresó Machado en X.
El regreso de Trump al despacho oval ha abierto un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Venezuela.
En su comparecencia ante el Senado para ser confirmado en el cargo, Rubio afirmó que Venezuela "está gobernada por una organización de narcotráfico que se ha empoderado como un Estado-nación" y cuestionó sus cercanas relaciones con Rusia e Irán.