Para proteger mejor la Tierra en el futuro de impactos de asteroides, la Agencia Espacial Europea (ESA) lanza la misión Hera: la sonda espacial llegará dos años después de la deliberada colisión de una sonda de la agencia espacial estadounidense y la NASA está utilizando un asteroide para examinar con más detalle los efectos del espectacular experimento. La sonda Hera fue desarrollada y construida en Alemania.

Está previsto que Hera inicie su vuelo de dos años por el espacio en un cohete Falcon 9 de la compañía espacial SpaceX lanzado desde el Centro Espacial Kennedy en el estado estadounidense de Florida. En general, la ventana de lanzamiento de la misión está abierta hasta el 27 de octubre.

Después del lanzamiento, que podría llevarse a cabo esta misma semana, está previsto que Hera sobrevuele Marte en 2025 y alcance el doble asteroide Didymos y Dimorphos en 2026. El dúo está formado por el asteroide principal Didymos y la luna asteroide más pequeña Dimorphos, que orbita alrededor del primero. El 26 de septiembre de 2022, la sonda DART de la NASA realizó un impacto controlado en Dimorphos y cambió con éxito su trayectoria.

Cambio orbital por el impacto DART

Según la NASA, el impacto de DART acortó el período orbital de la luna del asteroide en 33 minutos desde las 11 horas y 55 minutos originales, acercándolo a Didymos. La sonda espacial Hera, construida por una empresa de Bremen, ahora tiene como objetivo investigar cómo cambió exactamente la forma de los asteroides tras el impacto.

Hera está equipada con doce instrumentos de medición, algunos de los cuales también provienen de Alemania. Dos cámaras fabricadas en Jena, cuna de la industria óptica de Alemania, deberían proporcionar imágenes de Didymos y Dimorphos. Alemania es también el mayor contribuyente a la misión de la ESA.

Preparando otros impactos

Los datos obtenidos durante la misión se utilizarán para calcular cómo se puede lograr la desviación de otros cuerpos celestes. De los miles de millones de asteroides y cometas de nuestro sistema solar, sólo unos pocos están clasificados como potencialmente peligrosos para la Tierra. No se espera ningún impacto durante los próximos 100 años. Sin embargo, es probable que algún cuerpo celeste vuelva a chocar contra la Tierra en algún momento.

La historia espacial también nos enseña esto: hace unos 66 millones de años, el asteroide Chicxulub, de unos diez kilómetros de tamaño, impactó en lo que hoy es México. Provocó un invierno permanente y probablemente fue la causa de la extinción de los dinosaurios. El impacto de un asteroide del tamaño de Dimorphos sólo tendría efectos regionales. Pero tendría más poder que cualquier bomba atómica y podría destruir una ciudad entera.

el(AFP)