Fotografías cortesía de Ernesto Santamaría.

Una marea de camisas negras y melenas largas fue la responsable de agitar el viaje que, la noche del lunes pasado, emprendió drakkar de Amon Amarth.

Con un metal intenso y bullicioso, el quinteto sueco se abrió paso y logró calmar las aguas.

En algún punto, el dominio de la escena por parte del cantante Johan Hegg fue tal, que apagó por un momento su gutural para pedirle a los presentes —algunos de ellos equipados con cascos y hachas— que se pusieran a remar.

Aquella voz de autoridad logró frenar a la horda de vikingos que por un buen rato se la pasó entre saltos, gritos y empujones con éxitos como Guardians of AsgaardRaven’s Flight.

Luego de dar por inaugurada aquella ceremonia nórdica, llegó la hora de enseñar a la audiencia que colmó el Pepper Club, en Zapote de San José, cómo “pelear” como vikingos.

The Pursuit of VikingsDeceiver of the GodsAs Loke FallsTattered Banners and Bloody FlagsHeidrunWar of the GodsPut Your Back Into the OarThe Way of Vikings fueron algunas de las canciones con las que la formación escandinava puso a prueba a los guerreros que asistieron a su concierto.

Un pequeño receso se impuso con Under the Northern StarPero luego, la marea se volvió a subir con First KillShield Wall.

Hegg y sus compañeros de banda metieron abruptamente el freno para “alzar sus cuernos” y brindar junto a la multitud por su regreso al territorio nacional.

Al final, Crack the Sky y Twilight of the Thunder God consumieron lo que quedaba de energía y sirvieron como cierre para el vibrante show que Amon Amarth dio por casi dos horas.

“No podemos esperar a hacer esto de nuevo”, avisó la banda, no sin antes destacar que el público tico es “jodidamente loco”.