El rey Carlos III abandonó este viernes su residencia de Londres en coche, sonriente, tras pasar el jueves un control en un hospital, afectado por "efectos secundarios" relacionados con el tratamiento contra el cáncer que padece.

Tras este susto, que una fuente cercana a la realeza describió como "un pequeño bache en un camino que claramente va en la dirección correcta", el monarca canceló todos sus compromisos del jueves por la tarde y también los actos programados el viernes.

Esto es lo que se sabe sobre el último problema de salud del rey de 76 años, anunciado a las 21H00 GMT del jueves por el Palacio de Buckingham.

Lo que no se sabe 

Pat Price, una oncóloga entrevistada este viernes por AFP, afirma que estos efectos secundarios son habituales en los tratamientos médicos.

La especialista considera, basándose en la comunicación real, que el monarca sufrió "efectos secundarios leves", que podrían ser "escalofríos, fiebre, malestar o náuseas".

"Desaparecen después del tratamiento. Si todo va bien y no hay indicios de algo más grave, los pacientes pueden volver rápidamente a su vida normal", explica Pat Price.

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