En el Parque de Heredia, un personaje carismático y singular se ha convertido en una figura emblemática para los vecinos y visitantes del lugar. Se trata de Juan Carlos Fonseca, conocido cariñosamente como "El Capo". 

A sus 57 años, él ha sabido enfrentar las adversidades con una sonrisa y una actitud positiva que inspira a todos los que lo conocen.

Todos los días, llega al parque en su "bestia negra", una silla de ruedas que él mismo ha transformado con luces, sirenas, baterías y una decoración de calaveras que refleja su espíritu único y creativo. 

Este vehículo especial no solo le proporciona movilidad, sino que también se ha convertido en su sello personal y motivo de admiración.

La historia de "Capo" es una muestra de resiliencia

Nació con complicaciones que le privaron de oxígeno y lo dejaron en una silla de ruedas desde entonces; sin embargo, esto no le ha impedido vivir su vida al máximo. Vive solo desde que sus padres fallecieron, pero encuentra compañía y alegría en sus visitas diarias al parque de Heredia y en sus paseos por todo el país.

Fonseca disfruta de la vida con una filosofía sencilla pero poderosa: "El que se amarga, se muere rápido". Esta frase, que repite a menudo, es un recordatorio para todos nosotros de la importancia de mantener una actitud positiva y vivir en paz y armonía.

Su presencia en el parque no solo ilumina el día de quienes lo conocen, sino que también ofrece una lección valiosa sobre cómo enfrentar las dificultades con optimismo y alegría. "Capo" es, sin duda, un ejemplo de vida que nos invita a reflexionar y a valorar cada momento.

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