Faltan cinco días para la gran final de Mira quién baila (MQB) y Libni “Mimi” Ortiz recordó, con el corazón lleno de gratitud, su paso por este concurso de baile, del cual es finalista.
“Ha sido una experiencia hermosa, la repetiría mil veces. He disfrutado muchísimo y siempre sí a cualquier formato (risas). Al inicio era complicado dividirme entre ensayos y mi bebé, que está chiquitito todavía y requiere tiempo. Soy muy exigente conmigo, pero ahorita me siento tan feliz, encontré de alguna manera ese balance.
“Si tuviera que elegir una coreografía favorita, sería cualquiera de las tres con las que gané Pareja Wow con Yei (Yenier Jiménez, su bailarín), pero la primera salsa, definitivamente, me marcó”, contó.
"Otra coreografía que fue muy importante para mi fue el contemporáneo, con el que también gané. En el contempo siempre tenés que conectar con una emoción. Yo pasé toda la semana buscando una emoción para hacer esa conexión y nada. Ese domingo me levanté y no tenía nada con qué conectar. Antes de salir al programa, la mamá de Valentina, una niña que murió, me escribió y ahí decidí dedicar ese baile al cielo, a doña Carolina, la mamá de Valentina y a Valentina. Antes de salir al escenario Yenier y yo siempre oramos y ahí le conté la intención del baile. Fue hermoso, sentí a Valentina en la pista y ganamos esa gala", recordó.
“Mimi” también confesó cuál fue su ritmo favorito, y reconoce que al bailar como Michael Jackson “cumplió un sueño”.
"Mi ritmo favorito, que nunca había bailado y que me gustó muchísimo aprender, fue tango. Creo que esa noche fue súper especial. Tango con Erick (Vásquez)… ¡me encantó aprender a bailar tango! Me sentía uf, poderosa y linda, como si toda la vida hubiese bailado tango. Me encantó ese género.
"El que más me costó fue chachachá. En ese momento, Yenier estaba en el Mundial y no había llegado a Costa Rica, llegó hasta el miércoles, entonces el lunes y martes no tuve ensayo con él; lo estuve con Tony y con Isaac, y ambos me montaron una coreografía de competencia, es decir, de bailarines profesionales. Realmente trataron de retarme y sacarme de mi zona de confort. Fue bastante duro, bastante difícil, y lloré toda la semana. Me frustré y al domingo no logré la coreografía como debía. Fue mi peor noche. Más bien me fue muy bien, porque yo esperaba estar nominada esa noche y no fue así. Sabía lo que había fallado, tenía claros los puntos de mejora y lo que me había costado. Sí fue una semana bastante retadora", añadió.
La bailarina acotó que lo que se lleva del formato es que nada es imposible, y que es un mensaje que quiere transmitirle a su hijo, quien orgullosamente “anda contando que su mami baila en tele”.