Teresita Rodríguez Arroyo, la jueza que presidió el tribunal en el juicio Caja-Fischel, falleció el lunes.

Su muerte consta en el Sistema de Consultas Civiles del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) y fue además confirmada a Teletica.com por la presidenta de la Asociación Costarricense de la Judicatura, Adriana Orocú.

"Falleció una gran jurista, una gran jueza, que siempre va a ser un gran ejemplo de independencia, de probidad, de imparcialidad y de lo que debe ser un buen juez", destacó representante del gremio.

Rodríguez Arroyo tuvo sus inicios en la Defensa Pública, llegó a ser magistrada de la Sala Constitucional y en la actualidad estaba retirada, reseñó Orocú Chavarría.



Sin lugar a dudas, es ampliamente recordada por su participación en el debate en el que fue condenado el expresidente Rafael Ángel Calderón Fournier (1994-1998).

"Fue un caso muy sonado, pero se trató en condiciones de igualdad e imparcialidad, como todos los casos que llegaban a la jurisdicción de Teresita y como esperamos que sean tratados en todas las jurisdicciones y por todos los jueces. Esto es parte de lo que constituye su ejemplo, que independientemente de quién sea la persona que está sometida al proceso, se trate en condiciones de absoluta igualdad", señaló la presidenta de la Asociación de la Judicatura.

De hecho, el defensor del exmandatario en aquel mediático debate, Juan Marcos Rivero Sánchez, también reconoció la importancia que tuvo esa figura en aquel contradictorio.

El litigante destacó en conversación con este medio a Rodríguez Arroyo como juzgadora y como persona. En ese sentido, subrayó su inteligencia, su tino jurídico y su honestidad.

"Fue un caso complejo, difícil, en el que las cualidades de ella como jurista y como persona siempre estuvieron presentes", comentó al respecto Rivero Sánchez del juicio Caja-Fischel.

Pero para Orocú Chavarría, el legado de Rodríguez Arroyo va más allá, pues destacó sus esfuerzos por lograr un mejoramiento de la administración de la justicia, a través de, por ejemplo, proyectos de citación directa en momentos en los que el país carecía del Código Procesal Penal que se tiene en la actualidad.

En esa línea, subrayó cómo buscó que el proceso penal fuera más ágil para que el justiciable no tuviera que esperar por mucho tiempo, así como por acercar a la sociedad a la labor de los jueces.

"Siempre fue una jueza que estuvo dispuesta a enseñar, a que sus conocimientos no fueran propios, sino a poder generar espacios académicos con las personas que iban ingresando a la judicatura. Era una persona de puertas abiertas", dijo la representante gremial.

La presidenta de la Asociación de la Judicatura resaltó el carácter fuerte, pero a la vez dulce de Rodríguez Arroyo, así como su compromiso con el ejercicio imparcial e independiente de su labor como decisora.

Sobre el particular, Teletica.com mantiene en trámite consultas ante las oficinas de prensa de la Corte Suprema de Justicia y el Colegio de Abogados de Costa Rica.