El piloto neerlandés Max Verstappen se coronó campeón del mundo de Fórmula 1 por cuarta ocasión consecutiva, pero a diferencia de las tres anteriores, su Red Bull no fue el coche más rápido de la parrilla, como lo demuestra el hecho de que la escudería austriaca fue superada por McLaren y Ferrari en el campeonato de constructores.

Esto puede suponer el final de la hegemonía de Red Bull, cuyos monoplazas dominaron con mano de hierro la Fórmula 1 desde 2021 y que dos años más tarde batió todos los récords, con 21 victorias en 22 carreras, 19 de ellas de Verstappen.

Al volante del RB20, Verstappen comenzó lanzado la temporada, con siete victorias en las diez primeras carreras de la temporada, pero el rendimiento del Red Bull fue inferior en la segunda parte de la temporada ante sus principales rivales.

Desde el Gran Premio de España a mediados de junio hasta su victoria en Sao Paulo en noviembre, Verstappen estuvo diez carreras sin ganar, algo que no le pasaba desde 2020.

Pero la ventaja tomada al comienzo del campeonato, su regularidad cuando no fue el mejor y errores de su principal rival por el título, el británico de McLaren Lando Norris, permitieron a 'Mad Max' igualar en títulos mundiales a leyendas de la disciplina como el francés Alain Prost y el alemán Sebastian Vettel.

A sus 27 años, Verstappen aún está a tiempo de igualar el récord que comparten Michael Schumacher y Lewis Hamilton, aunque el británico, al volante de un Ferrari será uno de sus principales rivales en 2025.