Doha, Catar | Como siempre sufrieron hasta la agonía, pero las dos zurdas nacidas en Rosario con apenas ocho meses de diferencia terminaron con 36 años de espera. Un doblete de Lionel Messi y un gol de Ángel Di María bordan para siempre la tercera estrella en la Albiceleste.
En una final de leyenda (3-3, 4-2 en penales) Argentina sobrevivió a Francia, un triunfo en penales construido antes por la pareja rosarina, un título mundial que se une a los logrados en 1978 y 1986.
El 'Fideo' pasa a ser el señor de las finales del fútbol argentino. Marcó el 1-0 que dio a Argentina el oro olímpico en Pekín-2008 ante Nigeria y también selló el único gol en la final de la Copa América ante Brasil en Maracaná en 2021, terminando con la sequía de 28 años sin títulos en la selección absoluta.
- El corazón más valioso -
Continuó hace unos meses sellando uno de los goles de la Finalissima (3-0) ante Italia.
Pero le faltaba dibujar con sus dedos el corazón más valioso. Y lo consiguió este domingo en la majestuosa vasija dorada de Lusail.
Tras una pérdida de Francia, Argentina armó el contraataque perfecto con Messi, Julián Álvarez y Alexis Mac Allister, que se la puso en bandeja al 'Fideo'.
Tras sentenciar a Lloris (36), el jugador de 34 años rompió a llorar. Fueron muchos años de suplicio con la camiseta nacional.
Di María, único superviviente junto a Messi del equipo subcampeón en Brasil-2014 ante Alemania (1-0), no pudo jugar por lesión aquel partido.
Luego llegaron las dos finales perdidas de la Copa América, hasta que la Scaloneta inició su ciclo victorioso. Pero quedaba la cumbre y Di María no iba a dejar solo a Messi en el gran día.
Debido a un lesión muscular desde el final de la primera fase solo pudo forzar unos minutos en cuartos ante Países Bajos (2-2, 4-3), cuando entró en la prórroga.
Este domingo se le vio fresco e incluso pudo marcar el 1-0 pero mostró que su pie bueno no es el derecho con un tiro altísimo tras una combinación en la que participaron Messi y Rodrigo De Paul (17).
Poco tardó en desequilibrar la noche. Recibió en la izquierda, sorteó a Ousmane Dembelé y el extremo del Barcelona recuperó para desequilibrarlo con torpeza.
- Siete goles, cuatro de penal -
El árbitro polaco Szymon Marciniak señaló rápidamente el punto de penal. Messi no dudó (23) y se hizo con el balón para batir a Hugo Lloris con un disparo de seguridad, lo necesario en una final, ni muy fuerte ni muy colocado.
Fue su cuarto gol desde el punto fatídico en este Mundial, en el que ha lanzado cinco -falló en el triunfo 2-0 ante Polonia-.
Fue el único partido en el que la 'Pulga' no celebró un gol en Catar, de donde se va como segundo máximo goleador con siete tantos, uno menos con su compañero en el PSG Kylian Mbappé, que logró un triplete este domingo.
La vieja conexión rosarina Messi-Di María -el primero nacido el 24 de junio de 1987, el segundo el 14 de febrero de 1988- se había reactivado desde que Lionel Scaloni ofreció su equipo titular.
El 10 miraba automáticamente al 11, desborde y profundidad, un oasis para un equipo en el que se repiten los perfiles de posesión y buen pie en el centro de campo.
Desbocado, el 'Fideo' era un tormento para Jules Koundé, el sufrido lateral derecho de los Bleus. Armó una jugada que Julián Alvárez finalizó con un tiro durísimo (58) y a continuación sirvió a Messi, que rozó su doblete.
Tres minutos después (63) Lusail se vino abajo para despedirlo. Lionel Scaloni lo sustituía por Marcos Acuña.
Huérfano de su puñal, la banda de Messi se deshizo y encajo dos goles en dos minutos.
Fue en la prórroga cuando apareció Messi para marcar el 3-2, igualado por Mbappé con un nuevo penal.
En los penales Argentina sobrevivió a la vigente campeona. Lágrimas de Messi, lágrimas de Di María, llora Argentina entera. Por fin la Albiceleste es tricampeona.