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Cada 2 de agosto es normal que cerca de dos millones de personas peregrinen hacia Cartago, con destino a la Basílica de los Ángeles; sin embargo, este año por la pandemia de COVID-19, se tomó la determinación de que no se realizara la tradicional romería.

No es la primera vez que sucede, ya en el 2009 se había tomado esta decisión a causa de la gripe A-H1N1; pero en ese entonces el mundo no se vio tan afectado como en la actualidad.

José Francisco Arias es el rector del Santuario de la Basílica de los Ángeles. En entrevista con Teletica.com relató cómo ha sido enfrentar esta dura situación que vive el país desde el ámbito del sacerdocio.

  • ¿Cómo ha sido desde un plano espiritual enfrentar una situación de pandemia como la vivida en la actualidad?

En medio de la pandemia más bien la fe nosotros debemos de fortalecerla abriéndonos al encuentro con el Señor, y en este caso muy concreto, por medio de la Santísima Virgen la Reina de los Ángeles, ella como madre siempre va a interceder por nosotros.

Dios siempre actúa, y también se hace manifiesto en muchas formas que buscan el bien común. En medio de toda esta situación hay acciones que se han llevado, las cuales también buscan el bien común, como son muchas de las orientaciones que se dan a nivel de las distintas autoridades que intervienen.

Desde nuestro actuar debemos saber responder a esas cosas, nuestra fe nos debe de dar fuerza para poder salir adelante en medio de esto, respondiendo a esa obligación moral y social que todos debemos de asumir. Nuestra fe nos debe de fortalecer en el sentido de que la misma no se tambalee porque no hagamos romería, sino que esta cuestión que vivimos, más bien nos dé esa fuerza para enfrentar la situación; y al no hacer romería es más bien ofrecerle ese deseo al Señor para que, desde nuestro sacrificio, podamos ayudar y tener la fuerza para emprender todas las tareas que nos corresponde para buscar el bien común.

  • ¿Están de acuerdo con las medidas que ha tomado el Gobierno con respecto al cierre de los templos y el recibir menor cantidad de fieles en las celebraciones religiosas?

En cuanto a las aglomeraciones por la contaminación que puede haber por supuesto que sí, ya hemos visto algunas manifestaciones de algunos de los señores obispos que han pedido al Gobierno que evalúen volver a reabrir los templos, y yo creo que es un ir buscando entre parte y parte el bien común. 

Con respecto a que si estamos de acuerdo a que se haya suspendido la romería, es precisamente buscando el bien común, buscando el bien de toda una población, es necesario. ¿Es contradictorio cuando yo siempre he invitado a la gente a venir y a hacer la romería con los cuidados que se deben de tener, que le diga a la gente “quédese en casa”? Sí, pero creo que el sentido de esa contradicción es donde estamos buscando el bien común, y tenemos que poner todos el empeño y cuidado necesario para poder salir adelante en medio de esta pandemia.

  • ¿Han tenido llamado de las personas a abrir los templos antes de que las autoridades den los permisos?

No, yo creo que en eso la gente en general es consciente de que hay toda una serie de riesgos si se abre; entonces tenemos que ser todos solidarios en la búsqueda del bien de toda la sociedad. A todos nos corresponde poner el granito de arena para edificar un futuro mejor y una sociedad en la que podamos desenvolvernos bien y asumiendo la responsabilidad para cuidarnos de la pandemia.

  • A las personas que realizaron la romería, a pesar del pedido de no hacerla, ¿se les recibió en la Basílica?

Sabemos muy bien que todas las iglesias dentro de los lugares de alerta naranja, como estamos en este momento nosotros, están cerradas. El sábado fue cuando hubo algún grupo de peregrinos que llegó, efectivamente hay personas que llegan, pero muchos que son de por acá, y que pasan siempre al frente de la Basílica y sacan su momento de oración ahí al frente; pero ya todos saben que el templo estaba cerrado, y ellos llegaron, que su meta era llegar ahí, y se devolvieron.

  • ¿Cómo ha sido el cambio de recibir cerca de dos millones de personas en estas fechas a permanecer cerrados por el COVID-19?

Es un cambio radical, estar acostumbrados a recibir esa cantidad de peregrinos que muestran de una forma muy concreta su fe con la romería, saber enfrentar esta situación es dejarnos iluminar por la acción del espíritu de Dios para poder vivir estos momentos; y cuando estamos acostumbrados a que en esta fiesta hay esa cantidad de hermanos que vienen peregrinando y ahora no, pues debemos de saber ver que también en esto hay un momento de salvación, un momento en el cual nosotros debemos de tomar esto como parte de asumir la cruz para poder vivir la salvación, haciéndonos cargo de la responsabilidad que nos toca.

  • ¿Cómo ha sido la vida durante la pandemia dentro de la Casa Cural? 

Vivimos cuatro sacerdotes en la misma Casa Cural y dos seminaristas, y ha sido un momento desde la fe de poder asumir esta situación muy dolorosa y muy difícil, porque hay veces donde uno ve las necesidades de las personas, donde quiere poder entrar de rodillas al Santuario, quiere poder ir a la piedrita, quiere ir a la pilita y no se puede en estos momentos. Entonces nosotros tratamos, fortaleciéndonos en la fe, de ayudar y orientar a todas esas personas.

  • ¿Se ha puesto la fe a prueba en medio de toda esta pandemia?

No, yo creo que esto más bien es algo que nos fortalece y vemos cómo Dios mismo actúa en medio de la situación. Este es un momento de cruz, sabemos que Jesús asumió la cruz para ofrecerse por todos nosotros, murió ahí, pero resucitó. No se quedó en ese momento doloroso de la cruz, igual nosotros, desde la fe, tenemos esa confianza en la acción del Señor. La pandemia nos está atacando y ha sido una situación durísima y dificilísima en nuestro país y en el mundo entero, pero esto vamos a lograrlo superar, y es un aliciente desde la fe para tener esa confianza y esperanza de que, aunque vivimos momentos difíciles y muy tristes, vamos a lograr superarlos.

  • ¿Cuál es el sentir como sacerdote al dar la misa en una iglesia tan grande y que esta se encuentre vacía?

Ahí yo creo que es la acción misma de Dios; saber que, aunque está vacía, pero que gracias a la colaboración de los medios de comunicación social y de los medios digitales, podemos llegar a todos nuestros hermanos de la fe.

Hay algo que debemos de tomar en cuenta, ¿cómo inició la Iglesia?, la Iglesia no inició con estos grandes templos, la Iglesia inició en los hogares; en aquel momento hace más de dos mil años, pues se inició ahí, inició en el hogar desde el encuentro con Dios, desde la oración. En medio de este dolor que es la pandemia, muchas veces todos nuestros hermanos, por los medios de comunicación social y digitales, han tenido ese despertar en la fe, y como han tenido esa fuerza para poder constituirse a la iglesia doméstica, y desde ahí conformar la iglesia universal. 

Claro que nos hace mucha falta ver las bancas llenas, pero sí tenemos esa confianza y certeza de que con la ayuda de los medios de comunicación y los medios digitales, le estamos llegando a mucha gente en sus hogares que nos unimos con una misma fe por esos medios a encontrarnos con Dios. Humanamente es doloroso ver esa iglesia vacía, cuando en las misas más llenas pueden haber mil doscientas personas a tener ahora solamente nosotros los sacerdotes y dos lectores que nos colaboran, pero es tener esa confianza de que en medio de todo esto Dios va actuando y se va manifestando para que fortalezcamos nuestra fe.

  • ¿Cuál es el mensaje que usted cree que la situación mundial le ha dejado a las personas?

Ante todo saber que todos debemos de asumir una responsabilidad social y moral buscando siempre el bien común, debemos de ser aquellas personas que busquemos el bien de todos desde nuestra religión o nuestra fe. Hay personas que no son creyentes, pero también, aunque no sean creyentes, esas personas siempre buscan un bien común; entonces todos, poniendo de nuestra parte, debemos buscar el bien común, el bien de todos donde seamos solidarios, salir adelante y asumir, responsablemente, las tareas que nos corresponden para procurar el bien de la sociedad.