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Los recientes asesinatos de dos altos dirigentes de Hezbolá y Hamás, grupos que reciben el apoyo de Irán, han elevado las tensiones en Oriente Próximo a un nuevo nivel. El martes (30.7.2024), las fuerzas israelíes dijeron haber asesinado al jefe militar de Hezbolá, Fuad Shukur, en Beirut, la capital de Líbano. Su cadáver fue hallado el miércoles por la noche. Israel culpa a Shukur de orquestar un ataque mortal en los Altos del Golán, controlados por Israel, en el que murieron 12 niños.

Un día después, Ismail Haniyeh, líder político de Hamás, fue asesinado en Teherán, capital de Irán. Israel ha señalado repetidamente a Haniyeh como objetivo tras el ataque del 7 de octubre contra Israel perpetrado por Hamás, organización clasificada como terrorista por Alemania, la Unión Europea, Estados Unidos y otros países. El ataque, en el que murieron 1.200 personas, desencadenó la actual guerra entre Israel y Hamás en Gaza, que, según algunos cálculos no confirmados, se habría cobrado casi 40.000 muertos.

Se cree que Israel podría estar detrás de este segundo asesinato, aunque el gobierno israelí no se ha pronunciado de momento. El brazo armado de Hamás ya ha emitido un comunicado en el que promete que la muerte de Haniyeh tendrá “importantes repercusiones”.

Graves consecuencias

Kelly Petillo, investigadora sobre Oriente Medio en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR por sus siglas en inglés), advierte que los dos asesinatos tendrán graves repercusiones en toda la región. “Es demasiado pronto para decir qué resultados traerá esto, pero habrá consecuencias, y serán para peor”, dice Petillo a DW.

La experta asegura que los asesinatos aumentarán tanto la popularidad tanto de Hamás como la de Hezbolá, cuyo brazo militar también está catalogado como organización terrorista por Estados Unidos y otros países. “Al matar a Haniyeh, Israel ha acabado con la dirección política de Hamás, que era la fuerza más moderada dentro del movimiento”, añade Petillo, señalando que Haniyeh fue una parte crucial de las negociaciones de alto el fuego negociadas por Qatar, Egipto y Estados Unidos.

“El brazo militar obtendrá mucho más apoyo de muchos palestinos”, predice Petillo. “Ahora podrán decir: 'Haniyeh se comprometió con la diplomacia y mira adónde lo ha llevado eso'", subraya. “Además, pone al frente a Yahya Sinwar, el líder más extremista del ala militar de Hamás”.

El movimiento islamista Hamás, que gobierna Gaza desde 2007, está dividido en dos facciones. La dirección política tiene su sede en Qatar, mientras que el ala militar permanece en Gaza. Su líder, Yahya Sinwar, gobierna Gaza desde 2017.

Golpe a las negociaciones de alto el fuego

La muerte de Haniyeh también podría afectar al reciente acuerdo de reconciliación alcanzado con la mediación de China, que es clave para decidir quién gobernará Gaza después de la guerra. Además, podría amenazar las negociaciones sobre la liberación de los rehenes que aún quedan en manos de Hamás, la liberación de prisioneros y un alto el fuego permanente.

“Las implicaciones de todo esto son aún difíciles de evaluar en estos momentos, pero es de temer que todos los esfuerzos para alcanzar un acuerdo sobre los rehenes, que supuestamente estaba a punto de lograr un gran avance en las últimas semanas, se vuelvan ahora una perspectiva lejana por el momento”, dice a DW Simon Wolfgang Fuchs, profesor asociado de la Universidad Hebrea de Jerusalén. “Hamás no podrá volver a las andadas”, pronostica Fuchs.

Enorme presión sobre Hezbolá e Irán

Lo mismo podría ocurrir con Hezbolá en Líbano. “El asesinato de Fuad Shukur, que era el líder número dos, significa que Hezbolá está bajo una enorme presión para tomar represalias”, dice Petillo a DW. Según la experta, para Hezbolá se ha cruzado algo más que una línea roja.

Durante años, Irán ha respaldado financiera y militarmente tanto a Hezbolá en Líbano como a Hamás en Gaza. En palabras de Simon Wolfgang Fuchs, “el asesinato selectivo de Ismail Haniyeh en Teherán es, ante todo, una humillación a Irán”.

Fuchs añade que el momento elegido también fue crítico, ya que el ataque casi coincide con la ceremonia de toma de posesión del nuevo presidente de Irán: “El hecho de que se eligiera esta reunión altamente simbólica para eliminar a Ismail Haniyeh demuestra que [Israel] quería ilustrar que Irán no puede proteger ni siquiera a sus propios invitados y que el alcance de Israel va más allá del propio país”, destaca Fuchs.

Petillo coincide con él: “Todos los ojos estaban puestos en Teherán y, puesto que el asesinato se produjo en suelo iraní, Irán se verá obligado a reaccionar”, dice a DW. El Gobierno iraní ha prometido que habrá una “respuesta dura y dolorosa” al asesinato de Haniyeh, y ha declarado tres días de luto público.

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