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Por Pablo Vargas / [email protected].
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"Ese día, algo cambió dentro de Lotso", frase de Toy Story 3. 

A finales de los 80, Sony y Nintendo trabajaban juntos en un proyecto secreto para desarrollar una nueva tecnología de videojuegos que le permitiera a Nintendo destruir completamente a Sega. 

Era el apogeo de la segunda gran guerra de consolas y Nintendo quería lanzar una versión mejorada de la Super Nintendo (SNES) que usara discos ópticos en lugar de cartuchos, aprovechando la experiencia de Sony en este campo. Este proyecto se llamaba Play Station (separado en dos palabras) como nombre en clave, en el que Sony comenzó a desarrollar un periférico que permitiría a la SNES leer discos compactos (CD-ROM). A la vez, planeaba lanzar una consola híbrida que podría jugar tanto juegos en CD como en cartuchos.

Cuando en 1991, durante la Consumer Electronics Show (CES), Sony presentó su versión del Play Station, Nintendo sintió miedo. Preocupada por el control que Sony tendría sobre los juegos de CD y el temor a perder el control de la industria, Nintendo decidió traicionar a Sony y trabajar con Philips, otro gigante de la tecnología, dejando a Sony fuera del proyecto, lanzando en conjunto la mítica Nintendo 64.

“Nintendo nos dejó plantados en el altar, después de que hicieran un cambio de rumbo en el último minuto. Así que allí estaba Ken, de pie ante el altar, con su unidad de discos ópticos en sus manos”, contó Shawn Layden CEO de PlayStation, en una entrevista. 

Indignado, volvió a hablar con los directivos de Sony en ese momento y les dijo: “Todo lo que necesito es un sistema operativo y un poco más de tejido conectivo para esta cosa, y podremos construir nuestra propia consola de juegos”.

Ante la traición, Sony tomó la tecnología que había desarrollado para Nintendo, la mejoró y lanzaron la PlayStation en 1994, una consola basada completamente en CD-ROM y diseñada para que desarrolladores externos tuvieran total libertad de desarrollar para la consola, algo revolucionario para la época en la que todos trabajaban con cartuchos y con estudios bajo el control total de Nintendo.

El resto es historia: la PlayStation se convirtió en un éxito masivo, marcando el inicio de Sony como uno de los principales actores en la industria de los videojuegos, pasando de aliado a enemigo a muerte de Nintendo, vendiendo más de 100 millones de unidades, superando a la Nintendo 64, que usaba cartuchos en lugar de CD y coronando con la PlayStation 2 la suma histórica de más 160 millones de consolas.

Había nacido un nuevo rival. La tercera gran guerra de consolas estaba por comenzar. Nintendo había creado a su principal competencia. Y Sega terminaría pagando los platos rotos, pero eso es historia para otro capítulo.

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