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Su carrera es más recordada por sus polémicas frases, sus excesos y todos los escándalos que lo llevaron a encarar a árbitros y a presidentes de clubes por igual.

El italiano Antonio Cassano se retiró en 2019 tras una carrera que lo llevó a brillar en Bari, Roma, Real Madrid, Sampdoria, Milan, Inter, Parma y Hellas Verona.

Además, disputó tres Eurocopas con Italia (2004, 2008 y 2012) y un Mundial mayor en Brasil 2014, donde incluso llegó a enfrentar a La Sele.

Nació en Bari, en 1982, en uno de los barrios más violentos del sur de Italia y, según relata él mismo en su autobiografía Lo digo todo (2008), allí era “habitual ver ambulancias y escuchar tiros”.

En ese mismo libro describe su vida como un recorrido que se divide en dos caminos: la vida de “desgraciado” que tuvo en su juventud y que lo llevó a su debut con Bari y la de “millonario”, su ciclo como futbolista profesional.

“Muchas personas que conozco han acabado en la mafia. Con frecuencia había tiros, coches de la policía, ambulancias. Era pobre, sí, pero debo precisar que jamás he trabajado. Entre otras cosas, porque no sé hacer nada.

Si no hubiese sido futbolista, a estas alturas sería un delincuente”, mencionó en su libro.

Con apenas 17 años, asestó un gol contra el Inter de Milán, dejando tirados a los experimentados Cristian Panucci y Laurent Blanc y abriéndose así las puertas a su exitosa carrera con el Bari.

De Bari saltó a la Roma, donde se topó con Fabio Capello, con quien sostuvo una relación que inicialmente empezó con elogios, pero que terminó con un incendiario altercado en el Real Madrid.

“A Capello le enloquecí y lo siento; cuando se enfadaba, el 99% de las veces tenía razón”, aseveró Cassano

Sus polémicas iban y venían en la Roma. Una vez desertó de un entrenamiento con la Roma porque no le señalaron una falta, en otras se ausentaba sin avisar y, un día, durante un almuerzo, maldijo a Capello por sugerirle a sus compañeros que apagaran sus celulares.

Cassano gradualmente se ganó el repudio de casi todos sus compañeros, excepto uno: Francesco Totti. Sin embargo, el delantero italiano también se distanció de Totti; “después de dos años, cuando tenía 20, tuve una pelea y lo mandé a la mierda", señaló en una entrevista.

Luego, otra disputa marcó el final de su periodo en la Roma, cuando tuvo un altercado con el presidente del club y, lejos de disculparse, más bien pidió que el jerarca se disculpara con él y lo hiciera de rodillas.

“No debería haberme ido de la Roma. No debería haber firmado con el Real Madrid. Pero la tentación de jugar en ese equipo era muy grande”, reconoció en noviembre de 2006.

Su etapa en el Real Madrid: Mucho sexo y comiendo como perro

Al Madrid llegó con 23 años, para ese momento ya recogía una personalidad llena de excentricidades y un talento que generaba mucha expectativa, pero el italiano fue más noticia fuera que dentro de la cancha.

Llegó a jugar únicamente 29 partidos y apenas marcó cuatro goles.

“En el Madrid hubiese merecido que me matasen, porque era insoportable. Tiré mi vida por la borda por mi mal comportamiento”, relata.

Su desenfreno lo llevó a acostarse con más de 600 mujeres, según relata en su biografía, muchos de esos encuentros ocurrieron en la concentración del club.

"Tenía un amigo camarero. Su misión era llevarme tres o cuatro croissants tras haber hecho el amor. Me los llevaba a la escalera, yo acompañaba a la chica y hacíamos el cambio: él se llevaba a la mujer, y yo me hinchaba a croissants”.

“He tenido pocas novias, pero a cambio me acosté con 600-700 mujeres”, admitió.

Cassano solo duró 18 meses vestido de blanco, pese a tener un contrato de seis años con los de Chamartín: “Cada viernes cogía un vuelo a Roma. Comía como un perro y no dormía. Vivía una vida de mierda”.

Ahí también se volvió a encontrar con Capello en el banquillo, con quien claramente tuvo fuertes roces.

“En Tarragona me tuvo calentando durante todo el segundo tiempo. En los vestuarios le dije: “Eres un hombre de mierda, eres más falso que el dinero del Monopoly”, exclamó.

Cassano se marchó a la Sampdoria, Milan, Inter y luego al Parma, para volver nuevamente a la Sampdoria.

Allí fue apartado del club debido a un encontronazo con el presidente. Tenía que ir a recoger un premio a un hotel, pero Cassano se negaba, por lo que le contestó al jerarca: “Eres un viejo de mierda” e incluso le llegó a pegar.

El delantero italiano llegó a negar el fichaje que le hizo la Juventus, pues, a su criterio, le pedían mucha disciplina para su gusto.

“No fiché por la Juventus porque quieren 'soldados' y yo necesito hacer lo que quiera. Con mi carácter, hubiese durado tres días: el primero me fichaban, el segundo me presentaban y al tercero me echaban”.

Cassano hoy se recuerda como un irreverente que vivió una vida llena de excesos, sin embargo, muchos de sus seguidores destacan que nunca hubo hipocresía de por medio, pues, tal y como él mismo lo asegura, siempre dijo la verdad y lo que pensaba.

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