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El Borussia Dortmund golpeó primero en las semifinales de la Champions League. En el Signal Iduna Park, los locales se impusieron 1-0 al París Saint-Germain.

Cuando cayó el gol de los alemanes, al minuto 36 tras un certero remate de Niclas Füllkrug, el juego era chato, pero todo cambió desde ese punto en adelante.

El Dortmund se mandó al ataque y generó varias ocasiones, pero no hubo forma de volver a vulnerar el marco de Donnarumma.

El nivel de juego en la complementaria fue superior al arranque. Las gradas del estadio estaban llenas de fanáticos, que pasaban de la emoción a los nervios. ¿Por qué?

Edin Terzic y Luis Enrique mandaron sus pupilos adelante y mientras los parisinos buscaban llegar al marco de Kobel con fútbol de combinación; el Borussia era vértigo en el contragolpe.

Cada vez que el balón llegaba al área se sentía la ansiedad porque ambas oncenas estuvieron cerca de celebrar.

Al final, cuando el inglés Anthony Taylor pitó el final de juego, quedó claro que los equipos están parejos y que la vuelta promete más nervios y fútbol vistoso.

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