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En la pintoresca comunidad de Tucurrique, un personaje de 61 años se ha convertido en una figura muy querida por sus vecinos gracias a su inusual oficio. “Pepe Ardilla”, como lo llaman cariñosamente, se especializa en una labor que muchos consideran un verdadero arte: trepar hasta las copas de los árboles para cortarlos.

El trabajo de este hombre no es solo una cuestión de habilidad; es una necesidad para muchos residentes (repase la información completa en el video adjunto). 

Con árboles que amenazan con desplomarse y poner en riesgo casas, estructuras y personas, su servicio se vuelve indispensable. La comunidad lo busca cuando la seguridad está en juego, confiando en su experiencia y destreza para manejar situaciones que pueden ser peligrosas.

“Es una labor que requiere mucha concentración y esfuerzo físico”, comenta, mientras se prepara para la próxima tarea. Con una sonrisa y una actitud positiva, asegura que, con precaución, cualquier árbol puede ser manejado. 

Su compromiso con la seguridad es palpable, y cada vez que sube a un árbol, lo hace con la misma seriedad que un artista en su escenario.

La popularidad de “Pepe” no solo radica en su trabajo, sino también en su carácter amigable y su disposición para ayudar a los demás. Los vecinos lo ven como un héroe local, alguien que, a pesar de su edad, continúa desafiando la gravedad y brindando tranquilidad a quienes lo rodean.

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