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El pasado 15 de julio de 2023, un devastador deslizamiento afectó la ladera norte del Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco, arrasando con más de 40 hectáreas de terreno y causando graves afectaciones a los habitantes de Aguas Zarcas de San Carlos. La situación sigue siendo crítica y podría empeorar con la llegada de la temporada de lluvias.

Aunque ya se habían detectado grietas en la zona, nuevas mediciones del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de la Universidad Nacional (Ovsicori-UNA) advierten que un nuevo deslizamiento sería inminente, ya que la montaña se sigue moviendo.

Este evento es de origen multifactorial porque destacan elementos como el origen volcánico del lugar, el fallamiento local, el tipo de suelo y las lluvias.

Andrey Salas, geógrafo y encargado de la Unidad de Ordenamiento Territorial de la Municipalidad de San Carlos, informó que se mantiene un estricto monitoreo mensual de la zona afectada. Este esfuerzo es llevado a cabo por un equipo multidisciplinario que incluye a funcionarios municipales, representantes de Coopelesca y miembros de la Cruz Roja.

"Nosotros tenemos un monitoreo mensual conformado por un equipo de funcionarios municipales, Coopelesca y Cruz Roja por la situación que hay en la montaña, donde el peligro existe. El equipo lo que hace es ingresar a la montaña, revisar puntos estratégicos e identificados, y generamos informes internos al Comité Municipal de Emergencias", dijo Salas.

Adicionalmente, cada cuatro meses, un geólogo de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) visita la zona para evaluar la situación y revisar los informes generados por el equipo local. 

Según Salas, los principales hallazgos han sido grietas y desprendimientos de paredes, indicando una continua inestabilidad del terreno.

“La montaña presenta tres fallas geológicas identificadas, cerca de las cuales se han establecido puntos de control para un seguimiento más detallado. El apoyo que recibimos del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) es vital porque nos aporta información científica para comprender mejor la dinámica de la zona.

"El Ovsicori nos mejora mucho la información científica interna porque nosotros no tenemos el equipo ni la experiencia de ellos", manifestó Salas.

En busca de fortalecer el monitoreo y la prevención, las autoridades locales están trabajando en la adquisición de una estación sísmica que será instalada en la zona de riesgo. Además, se han implementado cámaras de video en la parte baja de la montaña, específicamente en el río Aguas Zarcas, y se cuenta con un sensor de caudal con planes de instalar otro más para asegurar una vigilancia constante las 24 horas del día.

La comunidad también ha sido involucrada en los esfuerzos de prevención mediante la formación de comités locales, que han participado en simulacros y cuentan con sirenas de alerta. No obstante, se han identificado desafíos en la efectividad de estas sirenas.

"Nos hemos dado cuenta de que la ubicación de ellas tiene que ser estratégica porque cuando el río lleva mucha agua y material opaca el sonido de las sirenas y esto lo hemos detectado por las pruebas que hemos realizado.

"Los geólogos y la CNE nos han dicho que la montaña se puede desprender en cualquier momento o puede ser que se asiente. Sin embargo, no sabemos la magnitud del evento porque la naturaleza es impredecible", expresó Salas.

Ante este panorama, las autoridades municipales enfatizan la importancia de continuar fortaleciendo las medidas de monitoreo y preparación comunitaria.

“Lo que tenemos que hacer es continuar con el desarrollo tecnológico y preparar a la gente”, concluyó Salas, reiterando el compromiso de las instituciones locales para salvaguardar la integridad de los habitantes y el ecosistema del Parque Nacional del Agua Juan Castro Blanco.

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