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La miel de abeja adulterada reina en las ferias del agricultor del Valle Central, según lo revela un estudio de la Universidad Nacional (UNA) de Heredia.

Diana Osorno Fallas, estudiante de la maestría en Apicultura Tropical de la UNA, realizó un estudio sobre la calidad de la miel de abejas (Apis mellifera) vendida en ferias del agricultor del Gran Área Metropolitana (GAM).

Según Osorno, cerca del 80% de la miel está compuesta por azúcares, y su calidad se determina por características como olor, sabor, textura y tipo de cristalización.

El Codex Alimentarius (conjunto de normas alimentarias adoptadas internacionalmente y publicadas por ONU para la Agricultura y la Alimentación) establece que la miel para consumo humano no debe contener aditivos y no debe calentarse por encima de los 50º C. Sin embargo, debido a su creciente consumo, está más expuesta a la adulteración.

Osorno realizó el análisis en el Laboratorio de Química Apícola de la UNA para determinar la calidad de 15 muestras compradas en las ferias del agricultor de Poás, Atenas y Alajuela centro, Santo Domingo, San Isidro y Heredia centro, Santa Ana, Pavas, Plaza Víquez, Escazú, San Pedro, Curridabat, Desamparados y La Unión y Cartago centro.

“Con respecto al contenido de humedad, el 100% de las muestras cumplió con los parámetros establecidos por la normativa costarricense, pero solo cuatro muestras, que representan el 27% del total, cumplen con los parámetros de calidad establecidos por la normativa nacional e internacional. Ocho fueron adulteradas (siete resultaron positivas para adulteración por jarabes ricos en fructosa), y una por posible adulteración con jarabe invertido y las otras tres muestras presentaron señales de calentamiento y malas prácticas de almacenamiento”, indica el estudio de la UNA.

Es decir, de 15 muestras recolectadas en ferias del agricultor, solo el 27% cumplieron con parámetros nacionales e internacionales de calidad.

Debido a sus atributos nutricionales y de valor medicinal, el consumo de este producto aumenta y, por ende, cada vez está más expuesto a la adulteración. “Cuando hablamos de adulteración no solo se modifica la calidad, sino que se pone en riesgo el producto y la salud del consumidor”.

De acuerdo con el estudio, en el país hay poco control para la detección de la venta de mieles adulteradas.

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