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Hace 32 años, la campaña ''Salvemos a Christian" alcanzó su meta en tiempos sin redes sociales: un trasplante para Christian Sánchez, quien, en ese momento, tenía apenas tres años.

El vecino de Guápiles sufría un tipo de cirrosis genética. Como él mismo lo explica, "una parte del hígado estaba muerta y, como es el único órgano que se regenera, las partes enfermas iban matando a las nuevas".

Las posibilidades de sobrevivir eran nulas, puesto que ese procedimiento no se realizaba en Costa Rica. 

"Una de las recomendaciones del médico fue: ‘Disfruten a su hijo hasta donde puedan, porque aquí no se puede (operar), no va a sobrevivir mucho tiempo’. En 1991, una intervención de salud de este tipo no era sencilla", relató Sánchez a Teletica.com.

Esa operación tenía que realizarse en Estados Unidos y, por eso, era necesario recaudar al menos $130.000 ($292.000, según inflación estadounidense actual). Aunque parecía imposible, la meta se logró gracias a la solidaridad de los ticos: el niño y su familia viajaron al país norteamericano y, un día como hoy, 24 de agosto, hace 32 años, el trasplante se concretó de manera exitosa.

Tanto tiempo después, solo queda agradecimiento y una cicatriz en el abdomen de este inspector de profesión, quien ahora tiene 35 años, está casado y es el orgulloso padre de dos niños, de once y seis años.

Campaña para que niño pudiera ser operado
Christian Sánchez tenía tres años cuando fue trasplantado.
La campaña

Esta familia costarricense hizo lo impensable: rifar su propia casa para salvar a Christian. Él no se enteró de eso hasta que alcanzó la mayoría de edad y todavía hoy, con 35 años, se le quiebra la voz al recordarlo.


"Me pongo un poco sentimental porque, lógicamente, mis papás no le dieron importancia, o no sé qué fue la situación, me enteré un día curioseando en la Biblioteca Nacional, cuando me puse a ver periódicos viejos. Así me enteré de que mis papás rifaron la casa para obtener los recursos necesarios; incluso mi papá había renunciado al trabajo que tenía para adquirir parte de la liquidación…

"Al rifar la casa, cuando ellos contactan al ganador y él les dice: ‘No, yo no quiero la casa, yo lo hice por ayudar’. Mis papás hicieron mucho, pero también el corazón de una persona de venir y decir ‘yo no la quiero’. Es una anécdota un poco difícil que, como te digo, la comprendo hasta mucho después y me da fe de que mis padres fueron muy valientes", contó en una entrevista con este medio.

También se llevaron a cabo otras actividades para recaudar el dinero necesario, gracias a la organización de los vecinos de Guápiles; por ejemplo, rodeos en la Expopococí, recolección con alcancías y visitas a bananeras o piñeras, donde los jornaleros donaban sus horas de trabajo a la causa.

"Hay personas que me dicen: ‘Usted no me conoce, pero yo fui con su papá a tal lugar, a hacer tal cosa, para ayudarlo a usted’… Fueron tantas las personas que ayudaron de esa manera, lo que hoy se traduce en ver y compartir un video, un link, una historia; pero antes era de boca en boca. Además, se necesitaba gente que donara su tiempo, la persona honrada que fuera con la alcancía a recoger el dinero; las facilidades de ahora, hacer un SINPE o una transferencia, eso no era posible. En comparación, ahora es con tractor eléctrico, antes lo hicieron con rastrillo", agregó Sánchez.

Campaña para que niño pudiera ser operado
El trasplante de hígado de Christian, realizado en Estados Unidos, fue exitoso.

¿Cómo está hoy?

Los controles médicos después del trasplante siguen siendo rigurosos; pero, actualmente, el guapileño se encuentra muy bien de salud. 

Asegura que, cuando tenía unos 12 años, su cuerpo dio algunos signos de rechazo; sin embargo, resultaron ser cambios de parámetros por pasar de la niñez a la adolescencia. Desde entonces, no se ha presentado ninguna situación médica de consideración.

"Bastante bien, en la mayoría de los aspectos. Como persona, de vez en cuando, uno tiene sus gripes o sus cositas; pero, en lo relacionado con el trasplante, una vida completamente normal, eso es lo que le puedo decir, todo normal, gracias a Dios", detalló.

Con la familia que formó, Sánchez vive agradecido de su segunda oportunidad y, además, de la solidaridad que movió miles de corazones solidarios cuando más lo necesitaba.

"A todos ellos, podría decirles que mi vida, ahorita, fue gracias a las manos de muchas personas; parte de mi vida le pertenece a cada uno de ellos, porque gracias a ellos yo estoy acá. Aunque sea un poquito, son parte de mi historia", concluyó.

Hace 32 años, una familia hizo lo impensable: rifar su propia casa para salvar a Christian
Christian, su esposa y sus dos hijos.

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