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El difícil equilibrio entre velocidad y seguridad en el esquí de competición
figuras del esquí alpino han sufrido recientemente accidentes que ponen el acento en cómo hacer más seguro un deporte en constante evolución técnica.
AFP Agencia 26/1/2025 13:31
Aleksander Kilde y su corte en un gemelo, Cyprien Sarrazin con daños en la cabeza, Mikaela Shiffrin con una herida en el vientre: figuras del esquí alpino han sufrido recientemente accidentes que ponen el acento en cómo hacer más seguro un deporte en constante evolución técnica.
Los percances puedes incluso llegar a ser todavía más serios, como le ocurrió a la esquiadora checa Tereza Nova, que el viernes se cayó en un entrenamiento de descenso en Garmisch-Partenkirchen (Alemania) y fue puesta en coma inducido tras una operación por un edema cerebral.
En esa misma prueba, la austríaca Nina Ortlieb sufrió otra grave caída y se fracturó la pierna derecha.
El francés Sarrazin había hecho historia el año pasado con un doblete en el descenso de Kitzbühel (Austria), pero este año no pudo optar a repetir en la emblemática estación austríaca.
El motivo, la caída sufrida el mes pasado en Bormio (Italia), que le provocó una fuerte conmoción cerebral, que hacen que tenga que reaprender muchos gestos y movimientos cotidianos antes de poder pensar en un futuro regreso a las pistas.
La etapa de Bormio de la Copa del Mundo de esquí alpino, marcada por otras caídas, fue especialmente criticada por los esquiadores y puso encima de la mesa, una vez más, el eterno debate sobre su seguridad, en un mes de enero en el que se encadenan las pruebas de velocidad.
"Formamos parte de los deportes peligrosos. Hay accidentes que no podrán ser evitados", estimó el esquiador francés Adrien Theaux, que ha pasado 20 de sus 40 años en el circuito mundial. "Pero hay cosas por hacer en lo que se refiere a la preparación de las pistas", sentencia.
"Ya no hay margen"
Las mejoras de los materiales y de la preparación física de los esquiadores han aumentado considerablemente la velocidad en el esquí, donde regularmente se superan los 150 km/h, lo que hace que las caídas resulten ahora más peligrosas que en el pasado.
Para intentar ralentizar a los esquiadores, los organizadores de las pruebas adaptan los trazados o incluso la nieve, pero por ahora las fórmulas no convencen.
"Algunos creen que eso nos va a hacer ir más lentos", explica Theaux. "Pero crea también mucho desorden en nuestro esquí. Se pierde velocidad, pero sobre todo se pierde mucho en seguridad", considera.
"Prefiero ir a 150 (km/h en una pista bien preparada) que ir a 135 en una con baches", confirmó otro experto francés en descenso, Blaise Giezendanner, antes de una caída en el descenso de Wengen donde se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha.
La oleada de críticas contra Bormio hizo reaccionar al patrón de la Copa del Mundo, Markus Waldner, que defendió a la pista italiana, estimando que el problema era más bien del material, que permite cada vez un mayor rendimiento.
"Ya no hay margen", dijo Waldner. "Si vas al límite, ocurre lo que pasó" en Bormio.
Debate sobre el airbag
La Federación Internacional de Esquí (FIS) ha intentado imponer esta temporada el uso de un airbag, un sistema de protección debajo del traje de competición que se infla en caso de caída. Sin embargo, se terminaron concediendo derogaciones para unos cuarenta competidores que no lo querían y que alegaban incomodidad o temor a que se activara en un momento inadecuado.
"La FIS debe asumir sus responsabilidades. Que los que no lleven airbag no esquíen y punto", estimó Xavier Fournier, responsable del grupo de velocidad francés.
Con el airbag "hubo resistencias porque algunos estiman que no les venía bien", admite Johan Eliash, presidente de la FIS. "Los fabricantes están arreglándolo, desde la próxima temporada será de verdad obligatorio", asegura.
También se piensa en trajes de competición anti-cortes, para evitar lesiones como la del noruego Kilde, que se rasgó profundamente un gemelo con sus esquíes durante una caída el año pasado. O incluso en cascos más densos y pesados.