Resellos, conflicto y mucho control político: un repaso del 2023

El 2023 pasará a la historia como uno de los años más convulsos de los últimos tiempos en el ámbito político.

Como pocas veces, los puentes entre los Supremos Poderes se fracturaron en medio de airadas críticas y fuertes reclamos entre las cabezas del Ejecutivo, Legislativo y Judicial, todo esto en medio del histórico embate del crimen organizado que sacudió al 2023.

Los resellos a la ley para eximir a Procomer de la regla fiscal (febrero) y la propuesta para sacar a Costa Rica de la lista negra de la Unión Europea (setiembre) dejaron claro, una vez más, las diferencias marcadas que hay entre una Asamblea Legislativa de mayoría opositora y el confrontativo Gobierno de Rodrigo Chaves, que en 18 meses de gestión ya suma cuatro resellos a sus vetos presidenciales.

“Este uno de los Ejecutivos que más resellos ha enfrentado y eso es un mensaje con el que el Legislativo le dice al Ejecutivo ‘un momento, aquí hay contrapesos, no se trata de usted nos venga a imponer y mucho menos a exigir, sino proponer mutuamente para construir esos acuerdos’”, resume el politólogo Sergio Araya.

De hecho, el Congreso ha consumido largas y reiteradas sesiones en ese mandato de control político en disertaciones contra la labor de Zapote, que a su vez responde, semana a semana, con un ácido recordatorio de lo poco que respalda el trabajo actual del Congreso.

“Vemos un estilo de un presidente muy confrontativo, con un discurso muy fuerte que en campaña le favoreció y también fue bien valorado al inicio de su mandato, pero que lejos de desescalar se ha sostenido en esa línea, entonces uno podría pensar que transcurrido tanto tiempo ya es el estilo propio del liderazgo, no es solo para generar empatía, sino es su estilo de dirección y que lo ha llevado a confrontar con los otros supremos poderes en un contexto donde su maniobrabilidad no es la más óptima”, añade Araya.

Puentes rotos

A inicios de este año, Chaves aseguró desde Alajuela que no tendería “puentes al infierno” y que prefería “dinamitarlos” antes de entablar relaciones con “filibusteros”.

Sus palabras motivaron uno de los tantos y fugaces llamados a la cordialidad que se han hecho desde ambas aceras, sin que hasta ahora parezca haber ninguna intención real de alcanzarla.

El último ocurrió hace apenas unas semanas, cuando Chaves, evidentemente molesto por la negativa del Congreso de aprobar sus proyectos estrella en materia de Seguridad, le trasladó a los diputados y jueces la responsabilidad del combate contra la criminalidad y también sus consecuencias, que dijo exhibiría de manera pública en la conferencia semanal del Consejo de Gobierno, aunque aún no lo ha hecho.

Ahí también se arremetió contra el Poder Judicial, que desde la Fiscalía o el OIJ han hecho públicas sus diferencias con el Ejecutivo.

Hace pocas semanas, el director del OIJ, Randall Zúñiga, dijo públicamente que no esperaba “un solo cinco de este Gobierno”, en medio de la disputa presupuestaria que ese órgano mantiene con Hacienda.

En el mismo sentido, las investigaciones legislativas por el financiamiento de los partidos políticos o los contratos del Gobierno con el Sistema Nacional de Radio y Televisión (Sinart) son dos de los espacios donde más se ha cuestionado la legalidad del actuar del Ejecutivo y el mejor ejemplo de lo poco que Cuesta de Moras comulga con Chaves.

Pero todo ese control político viene con un precio alto: de enero a la fecha el Plenario aprobó 97 leyes contra las 566 presentadas. En el segundo año del pasado Congreso (2019), esa cifra fue de 153.

“Creo que estamos en una coyuntura especial, muy decisiva para el país en su institucionalidad democrática y entonces esta Asamblea Legislativa ha jugado un papel muy importante de contención, más que de producción de leyes.

“Tras casi dos años queda claro que esta Asamblea no va a destacar en la historia por su producción de leyes, sino por el otro objetivo constitucional, que es el control político”, dijo la socialcristiana Vanesa Castro.

Su afirmación se repite en diferentes voces de la oposición.

“Esta es la primera vez que la Asamblea Legislativa ha estado en este nuevo modelo de periodo extraordinario, en el que el Gobierno inicia con el control de la agenda. Lo que hemos visto es que el Gobierno no ha tenido el poder sin tener una que una agenda verdaderamente clara y eso hace que los periodos extraordinarios sean prácticamente estériles.

“Creo que ahí no hemos visto cuestiones políticas profundas, de hacia dónde vamos, de qué queremos. No estamos debatiendo temas importantísimos como el de Educación, sobre qué hacer con el desempleo, no hay un marco amplio de discusión y entonces la Asamblea queda en un rol de cuestiones menores, de tapar goteras; y entonces, con un Gobierno que se ha dedicado ha hacer cosas extrañas, discutibles y autoritarias, hay que ejercer ese control político”, afirmó Ariel Robles.

En el oficialismo la versión cambia, pero tampoco dista mucho.

Ada Acuña reconoció que el Congreso no se ha concentrado en lo que le corresponde pese a la situación apremiante en el tema de Seguridad.

“Yo creo que ha faltado más diálogo, ha faltado más humildad y menos ego. Yo voy a decirlo así, transparentemente, así lo he sentido. Siento que a veces necesitamos figurar, necesitamos vernos desde nuestros lentes y la verdad que yo siento que nos ha faltado más diálogo, más acción para analizar los proyectos país, que realmente hagan un cambio positivo en lo que corresponde.

“Hay muchísimos proyectos, pero no le hemos dado ese fundamento, ese análisis y entonces hemos caído en discusión y eso no le está favoreciendo a nadie”, sentenció.

Acuña aseguró que en ese problema la culpa es repartida, pues tanto en Cuesta de Moras como en Zapote ha faltado una verdadera apertura al diálogo.

“Yo creo que hemos fallado ambos. Sí reconozco que ha habido una falla, porque nosotros tenemos que concentrarnos en lo que nos corresponde, independientemente de las acciones o lo dime que te diré que ha hecho el Poder Ejecutivo. Nosotros tenemos una función diferente y no solamente visitar las comunidades y hacer control político. También tenemos el análisis de la situación actual y de la urgencia en ello”, sentenció.