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Un agente del Grupo de Apoyo Operacional (GAO) del Ministerio de Seguridad Pública, quien prefiere mantenerse en el anonimato, relató a Teletica.com el calvario que vive junto a sus compañeros desde hace varios meses, cuando decomisaron un importante cargamento de droga, licores y cigarrillos de contrabando.

“Tengo 12 años de trabajar en el Ministerio de Seguridad Pública y aquí, en el Grupo de Apoyo Operacional, ya tengo casi cinco años en la Zona Sur. Trabajaba en San José, pero me trasladaron acá”, explicó el oficial, quien ha sido testigo de los constantes ataques armados en represalia a su trabajo contra el crimen organizado.

Los hechos se remontan, aproximadamente, a ocho meses atrás, cuando el GAO logró decomisar 250 kilos de cocaína en un operativo en el que hubo enfrentamientos con bandas criminales.

"Nosotros habíamos decomisado una droga, 250 kilos de cocaína, y tuvimos un enfrentamiento con las bandas, donde se hizo el decomiso. Dos días después de ese decomiso, llegaron a mi casa, exactamente a mi casa, hombres armados, y bueno,  destruyeron mi casa a punta de balazos.

"Me dieron protección a la víctima y todo, pero me estuvieron mandando una patrulla, que estuviera aquí por mi casa, pero dos, tres días y ya volvimos a lo mismo, ya no hay patrulla, casi no hay personal en realidad", dijo el oficial.

El agente señaló que la Zona Sur, al ser una región fronteriza, es un punto crítico para el tráfico de drogas, armas y otros productos ilegales.

"La semana antepasada, pegamos un tráiler con 300 millones de colones en cigarros ilegales, licores. A otra persona conocida por el narcotráfico se le decomisaron más de 45 mil dólares. Hemos venido haciendo esos trabajos.

"Estos grupos criminales de la zona nos dejan mensajes donde nos dicen que no nos metamos con ellos, que ya saben quiénes somos. El miércoles anterior, atacaron al jefe. Él llegó, se bajó de su carro, iba ingresando a la casa cuando llegó una moto con varios sujetos. De repente, escuchó disparos contra el vehículo. O sea, si él hubiera estado en ese momento, a él lo matan, porque esos disparos iban totalmente a matar. Le pegaron en el sillón del carro y ya fuimos a poner las denuncias", relató.

El policía advirtió que estas agresiones buscan intimidar a los agentes para que cesen sus labores, porque las presiones en las calles y los controles en carretera han aumentado.

"Estamos presionando en las calles con importantes decomisos, haciendo retenes, intervenciones, entonces quieren callarnos. O sea, o se callan, o dejan de trabajar, o si no, vamos a empezar a matar, es lo que nos dicen en las cartas que nos dejan.

"Los altos mandos no quieren que esto sobresalga, quieren mantener todo bajo el anonimato y hacer creer que todo está bien, y no, no todo está bien. Pasan muchas cosas y cuando se hablan y se denuncian estas cosas, es cuando ellos sí actúan, desgraciadamente", concluyó.

Grupos criminales de Corredores de Puntarenas, al parecer, son los responsables de intentar intimidar a las autoridades para evitar más decomisos como los de las últimas semanas: drogas, licores y cigarrillos de contrabando.

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