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Desde que era una pequeña Villa de pescadores, mucho antes de que se inventara el nombre Hiroshima y se le conociera como los cinco pueblos", la zona ha sido próspera y hermosa. 

Quiso la política humana, que en 1945 el arma más mortífera que se haya inventado fue lanzada sobre ella. La bomba atómica que destruyó Hiroshima se convirtió, desde entonces, no solo en la responsable de más de 140,000 muertes, sino en la advertencia más tangible del peligro de extinguirnos como especie por nuestra propia mano. 

Sin embargo, algo que el fuego radioactivo no pudo destruir (aparte de un árbol de eucalipto ahora considerado sagrado), fue el espíritu de resiliencia del pueblo japonés, el cual le ha devuelto la gloria a la región, además de su belleza y una muy noble tristeza que se percibe en quienes hablan del suceso.

Hacemos un breve recorrido por la historia de sus castillos y el alma de Japón concentrados en la hermosa ciudad de Hiroshima.

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