Si existe un honor en el mundo gastronómico reservado para los que tienen un compromiso infalible con la innovación y la calidad, es la estrella Michelin.
Dado que sus inspectores son anónimos y pueden llegar en cualquier momento y las veces que ellos consideren a un lugar, quienes se hacen merecedores de este reconocimiento han debido mantener una consistencia y un grado de excelencia durante prácticamente todo el año.
Esa es la historia de Byron Gómez, quien, cuando era un niño herediano de tan solo 8 años, debió emigrar a Estados Unidos. Allí tuvo la fortuna de acogerse al programa DACA, los conocidos “dreamers”, a quienes, por haber inmigrado en su niñez, se les protege de la deportación y se les otorga permisos de trabajo (ver nota completa en el video adjunto).
Esta historia tiene como ingrediente especial el amor de Byron por la cocina, el cual lo llevó a transitar por los caminos de los mejores restaurantes y mentores. Así, este profesional se convierte en el primer compatriota en recibir el premio más prestigioso de la cocina.