El triunfo de Sheynnis Palacios, la nicaragüense de 23 años que se coronó como Miss Universo, desencadenó una compleja situación en su país natal. 

El evento, celebrado hace un mes en El Salvador, convirtió a Palacios en la primera representante de Nicaragua en ganar este prestigioso concurso, desatando una represión en el régimen de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo.

Según informó The New York Times, Ortega emprendió acciones severas contra la ganadora, la organizadora del certamen en Nicaragua y su círculo cercano. 

La celebración dio paso a la persecución: ni Palacios ni la directora del concurso en Nicaragua han podido regresar al país, y algunos miembros de sus familias se encuentran detenidos.

La victoria de Palacios en Miss Universo desató una cadena de eventos inesperados. El gobierno autoritario acusó a la directora del concurso, Karen Celebertti, de participar en una "conspiración antipatria" para derrocar al presidente Ortega. 

"Traición a la patria y conspiración, además de lavado de dinero y difusión de noticias falsas", de eso acusa el gobierno de Daniel Ortega a la empresaria Karen Celebertti, según trascendió en BBC.

Tanto Celebertti como Palacios habían sido parte de protestas antigubernamentales en 2018, consideradas como un desafío al mandato de Ortega y que culminaron en una brutal represión, en la cual fallecieron más de 110 personas, según Euro News.

En un comunicado, el Gobierno afirma que la familia "permaneció en comunicación con exponentes de traición a la patria, preparándose para utilizar sus franquicias y plataformas supuestamente dedicadas a "concursos de belleza 'inocentes' en una conspiración para convertir los concursos en trampas y emboscadas políticas, financiadas por agentes extranjeros".

Añade que "deben cumplir su pena conforme a las leyes nicaragüenses", aunque hasta el momento no se ha celebrado ningún juicio.

El escenario se torna más complejo al involucrar a familiares de los implicados. Detenciones, acusaciones de golpe de Estado y señalamientos de supuestos vínculos políticos con el concurso Miss Nicaragua han marcado esta controversia, reflejando la campaña del gobierno nicaragüense contra opositores políticos, figuras culturales y sociales.

En una declaración publicada en X, antes Twitter, Celebertti insistió en que nunca hubo política en los concursos de belleza que organizó.

La respuesta internacional no se ha hecho esperar. La organización de Miss Universo ha respaldado la integridad del concurso en Nicaragua y ha expresado su preocupación por la seguridad de quienes están asociados con el certamen en el país centroamericano. 

Por su parte, Palacios ha agradecido públicamente a Celebertti y ha manifestado su intención de regresar a Nicaragua, en una respuesta que muchos catalogan como "valiente".

"Sé que en mi país todos están contentos con el triunfo, entonces no, no tengo miedo de llegar", dijo la Miss Universo en una entrevista con Univisión.

La incertidumbre sobre el futuro de los implicados y la reacción del gobierno sigue latente.