Bianca Zamora, una costarricense de 33 años, dio a luz a su tercer hijo en la sala de abordaje del Aeropuerto Internacional de Orlando, en Estados Unidos.

Este atípico hecho ocurrió hace siete meses, cuando ella se preparaba para tomar un vuelo de regreso a Costa Rica, luego de disfrutar sus vacaciones con familia y amigos. 

Ese día, 2 de enero de 2024, el avión se atrasó y, durante la espera, la tica empezó a sentirse mal. Tras pedir auxilio, entró en labor de parto: rompió fuente y no hubo tiempo de trasladarla a un hospital: el bebé tendría que nacer ahí, en medio de la abarrotada terminal.

Los bomberos atendieron el nacimiento, que se tornó complejo porque Zamora solo tenía 30 semanas de gestación y, además, el bebé venía en posición invertida. 

“Perdí la consciencia, aparentemente, cuando salió el cuerpecito del bebé: quedó la cabeza adentro, y ahí fue donde perdí la consciencia, minutos, segundos, no tengo la noción del tiempo. Yo sentí que me dormí y que volví a despertar; me explicaron que me pusieron oxígeno, que llegaron los paramédicos, y ahí fue donde yo me desperté”, contó la madre a este medio.

“Terminé de dar a luz, dicen que pujé dos veces más y, gracias a Dios, ya estaban los paramédicos: ellos recibieron al bebé, que nació sin signos”, añadió.

Así fue como Lukas Aguilar Zamora llegó al mundo, pero rápidamente mostró su capacidad para salir adelante pese a las adversidades. Siete meses después, permanece internado en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Winnie Palmer de Orlando, con un diagnóstico definido y a la espera de que su familia logre coordinar un vuelo-ambulancia para traerlo a Costa Rica.

Teletica.com conversó ampliamente con su mamá, quien tiene otros dos hijos de 7 y 3 años, Sebastián y Mateo, respectivamente. Ellos tuvieron que regresar al país con su papá. 

Bianca Zamora cumplió años este sábado y anhela, también como regalo del Día de la Madre, poder reunir a su familia nuevamente. A continuación, puede repasar la entrevista completa.

Familias ticas regresaban de viaje en Orlando cuando Bianca entró en labor de parto.

Cuando usted entra en labor de parto en el aeropuerto, ¿ya venía de regreso para Costa Rica?

Sí, correcto. Ya íbamos de regreso.

¿Por qué deciden que el bebé nazca ahí y no trasladarla inmediatamente a un hospital?

Porque no dio tiempo. La labor de parto fue tan rápida, yo me di cuenta porque se me durmieron un poco las piernas; pero creía que era cansancio del viaje. En lo que yo ya me siento bastante mal, decidimos, mejor, que alguien viniera a chequearme antes de montarme al avión, porque estábamos en un lapso en que el avión se atrasó. Mi esposo va y le avisa a la muchacha de la aerolínea, pero los paramédicos estaban en otra emergencia. Luego llegó el bombero, me tomó la presión y reventé fuente. Inmediatamente, empecé a dar a luz, no hubo tiempo real de trasladarme.

¿Usted recuerda el parto?, ¿cómo fue?, ¿en qué momento perdió la consciencia?

Algunas partes sí, otras no. Perdí la consciencia, aparentemente, cuando salió el cuerpecito del bebé: quedó la cabeza adentro, y ahí fue donde perdí la consciencia, minutos, segundos, no tengo la noción del tiempo. Yo sentí que me dormí y que volví a despertar; me explicaron que me pusieron oxígeno, que llegaron los paramédicos, y ahí fue donde yo “me desperté”.

Terminé de dar a luz, dicen que pujé dos veces más y, gracias a Dios, ya estaban los paramédicos: ellos recibieron al bebé, que nació sin signos, le pusieron oxígeno.

¿Dónde dio a luz exactamente?, ¿había gente alrededor?

En la sala de abordaje. Había gente, pero de eso tampoco tengo recuerdos, del momento en que activaron el protocolo y apartaron a la gente.

Bianca, aún embarazada, durante su paseo de fin de año en Orlando.

Además del lugar donde ocurrió, ¿por qué fue un parto complicado?

Porque el bebé venía invertido, de nalguitas, y era un bebé de 30 semanas, aún le faltaban 10 semanas para nacer. Al estar uno sin asistencia, sin la experiencia, porque yo tuve la oportunidad de conocer a las personas que estuvieron ese día, les hicieron un reconocimiento a los Bomberos acá y me invitaron, fue complicado porque nadie sabía qué hacer: no había doctores, nadie había recibido un bebé invertido… Fue complejo.

A partir de ahí, ¿qué más pasó? Tomando en cuenta que su bebé nació prematuro, sin signos, luego de un parto complicado…

Lo trasladan al hospital, le iban dando reanimación y un paramédico, específicamente, decidió intubar al bebé: gracias a esa decisión, hoy tenemos al bebé acá, fue crucial para que sobreviviera.

¿Cómo está Lukas?

Gracias a Dios, bien, progresando. Él tiene varias cirugías que son para calidad de vida, gracias al Señor, entonces está progresando, poco, pero va progresando.

¿Por qué no ha podido regresar a Costa Rica?

No he podido regresar porque el bebé depende de máquinas, que solamente en una ambulancia-avión podríamos trasladarlo.

Primeras fotos de Lukas, quien requirió internamiento en la UCI.

¿Cuál es el diagnóstico de su bebé?, ¿qué implica?

Es un síndrome un poco raro, a nivel mundial (Moebius), no hay parámetros, afecta a cada persona de diferente manera. Es un síndrome que carece del par craneal número 7, que afecta el nervio del músculo de la cara; por ende, él no tiene movilidad en la cara: no puede succionar y tragar. No hay un tratamiento como tal, más allá de mucha terapia física, ocupacional y del lenguaje.

¿Cómo son sus días allá en Orlando?

De hospital, de cuido diario del bebé. Requiere limpieza diaria de la tráquea, del tubo gástrico. Entonces mis días son de hospital y de casa, del albergue donde estoy, en la Fundación Ronald McDonald. Ellos me brindaron el hospedaje, la comida, un lugar donde estar. Queda al puro frente del hospital, camino, no duro ni cinco minutos. Al yo no tener familia ni amistades acá, quedé desamparada, incluso sin ropa, todo se fue en el avión, y ellos me brindaron la ropa para salir del hospital. Son pequeños detalles que uno agradece montones: no importa que no sea la talla ni el color que a uno le guste, me brindaron con qué taparme.

¿Su hijo obtuvo la nacionalidad estadounidense?, ¿eso le ha facilitado quedarse allá más tiempo del permitido para un turista?

Sí, la obtuvo; pero eso no ayuda en nada porque yo tengo una cita de turista, no adquiero ningún derecho inmediato por él. Yo he tenido que salir dos veces, le he dado movimiento a la visa de turista, el hospital me ha brindado una carta para que cuando vuelva a ingresar al país, como son entradas tan cortas, requieren un comprobante de que tengo a mi hijo en el hospital.

Primera vez en que el papá de Lukas, Alexander Aguilar, pudo cargar a su tercer hijo.

Me dijo que su esposo regresó a Costa Rica con sus otros dos hijos. ¿Cómo han hecho como familia para vivir este proceso separados?

Primeramente, con la ayuda de Dios; desde el día uno de este proceso ha sido con la ayuda de Dios, apoyo de la familia, apoyo de los amigos, poquito a poco, todos los días, ahí vamos. No ha sido nada fácil, por supuesto que no, pero siempre pensando en Dios, en que día con día nos provea de lo necesario.

¿No tiene una fecha estimada para volver con Lukas a Costa Rica?, ¿cómo coordinan esa logística?

Lukas ya está para irse a la casa, hace poco más de un mes; pero la traba, lo que nos impide llegar a casa es que no tenemos el transporte aéreo, el seguro de acá no me lo cubre ni el de Costa Rica, por ser un servicio público. Estamos tocando puertas a varias fundaciones, solicitando ayuda al hospital a ver si nos pueden ayudar, ya que el costo del transporte es un poco elevado y requiere una logística grande: debe ir personal médico especializado en el avión. Eso es lo que nos está deteniendo acá.

Después de todo lo que ha pasado, ¿se ha puesto a pensar en lo atípica que es la historia que me está contando? El hecho de haber dado a luz en un aeropuerto, tener ahora un hijo estadounidense y no poder regresar…

Por supuesto que sí, pero creemos que fue Dios el que intervino en todo esto, porque sabemos que en nuestro país la parte médica es un poco más limitada. Era un niño bastante pequeño y sabemos que la parte médica para darle vida a un niño tan pequeño es diferente, comparado acá, donde los niños tienen probabilidades de vida a partir de las 22 semanas; en Costa Rica es muy diferente. 

Sí, es bastante atípico, pero creemos que todo fue por obra del Señor, porque estar en uno de los mejores hospitales de Estados Unidos, realmente es una bendición de Dios.

El bebé requiere estrictos cuidados médicos.

Su experiencia en la maternidad ha estado llena de pruebas, ¿por qué?

 Iniciando con mi primer hijo, siendo una mamá primeriza; gracias a Dios, con él no tuve ningún problema, un embarazo excelente. Creo que mi reto como mamá inició en el segundo embarazo, tuve otro niño prematuro, de 32 semanas: nació con una condición congénita del corazón y fue operado a corazón abierto, en el Hospital de Niños, al año y 10 meses. Creo que Dios me ha venido preparando desde la parte médica, desde hace tres años y siete meses. Obviamente, no lo veía en ese momento, hasta el día de hoy lo voy entendiendo: Dios nos venía preparando desde muy atrás y no nos dábamos cuenta.

¿Qué la sostiene?, ¿de dónde saca tanta fuerza?

Mis hijos, mi esposo… Él ha sido importantísimo en este proceso. Creo que sin él, no, porque él está con mis hijos allá y esa es mi tranquilidad, hasta cierto punto; mi familia, la familia de él, los amigos. En este proceso de acá, he hecho amistades. Hay una familia en espacial que me ha brindado mucho apoyo acá: desde un abrazo hasta un plato de comida. Me gustaría mencionarlo, la familia Mendoza.

El apoyo de los mismos funcionarios del hospital, que se vuelven familia de uno. La red de apoyo es la que me ha sostenido, y el amor por mis hijos. Primeramente, Dios, siempre, pero todos son pieza fundamental para estar donde estamos.

Bianca tiene siete meses de vivir en Orlando y se encarga del cuidado de Lukas.

¿Siempre soñó con ser mamá?, ¿cree que es su vocación?

Sí, mis hijos siempre fueron deseados. Y sí, Dios me permitió desarrollarme en la parte laboral; no soy profesional, pero tuve mis trabajos. Definitivamente, mi vocación es ser mamá, por supuesto que sí.
 
¿Su mensaje a otras mamás que atraviesan momentos difíciles? Un consejo de mamá a mamá.

Que no pierdan la fe, que luchen por sus hijos, que confíen en el sistema hospitalario, donde quiera que estén. Sean fuertes y valientes, porque ellos nos necesitan.

Este sábado fue su cumpleaños y también se acerca el Día de la Madre, ¿cuál sería su mejor regalo?

Estar en mi casa con mis hijos, mi esposo y toda la familia, creo que sería el mejor regalo en estos momentos, porque tengo a mi bebé bien: ese milagro ya Dios me lo cumplió y lo está trabajando; pero creo que un buen regalo sería estar de vuelta en casa con todos.

Familia Aguilar Zamora. Ese día Lukas conoció a sus hermanos, Sebastián y Mateo.