El cuarto accidente aéreo más letal de nuestro país, según registros de la Dirección de Aviación Civil, ocurrió el 26 de agosto del 2000. Aquel día, un vuelo de la compañía Sansa tenía como destino Tamarindo, en su ruta hizo escala en el aeródromo de El Tanque en La Fortuna de San Carlos.
Poco después de reanudar el vuelo rumbo a Tamarindo, se perdió comunicación con la aeronave, una Cessna Gran Caravan fabricada en 1998 y con 792 horas de vuelo.
La aeronave no llegó a su destino porque chocó contra las faldas del volcán Arenal.
En el avión iban 10 personas, el piloto Karl Acevedo, el copiloto de apellido Badilla, cinco estadounidenses, un canadiense y dos suizos.
La investigación determinó que el vuelo 1644 estaba 16 kilómetros fuera de su ruta y 300 metros por debajo de la altura necesaria para superar el coloso.
La tercera tragedia aérea que más vidas ha cobrado en el país ocurrió el 31 de diciembre del 2017, cuando un vuelo que recién despegaba de Punta Islita y se estrelló contra la montaña. Se trataba del vuelo 9916 de la compañía Nature Air, en aquel accidente perdieron la vida 12 personas.
El vuelo estaba a cargo del piloto costarricense Juan Manuel Retana y la copiloto Emma Lucía Ramos, ellos viajaban con 10 estadounidenses, una mujer de apellido Geissler, cinco miembros de una familia de apellido Steinberg y cuatro miembros de otra familia norteamericana de apellido Weiss.
Los otros dos accidentes que han provocado más muertes en nuestro país acabaron en tragedia para 23 personas: 46 en total.
El primero de ellos ocurrió el 27 de noviembre de 1946, ese día un avión Douglas DC-3 volaba desde Parrita con destino al aeropuerto que en aquel entonces estaba en La Sabana.
Cuando la aeronave estaba en su fase de aproximación, cayó a tierra provocando la muerte de tres tripulantes y 20 pasajeros de aquel vuelo de Lacsa.
43 años después, una tragedia similar ocurría cuando un vuelo entre el Valle Central y Palmar Sur tendría un trágico final en las montañas del sur de San José. En el cerro Cedral se dio el impacto del vuelo 32 de Sansa, en el aquel avión viajaban tres tripulantes y 20 pasajeros, todos perdieron la vida aquel 15 de enero de 1990.
Otras tragedias importantes ocurrieron el 16 de julio del año 2005, cuando un hidroavión cayó cerca de la costa de playa Flamingo en Guanacaste; o el 21 de octubre de 2022, cuando un vuelo privado en el que viajaba un magnate alemán se precipitó al mar en el Caribe norte.
En ambos accidentes perdieron la vida seis personas.