Empezó como una pequeña organización criminal, pero ahora se le compara con las grandes amenazas que significan los cárteles de narcotráfico.
El llamado Tren de Aragua se formó en una cárcel en Venezuela y empezó a extenderse como un cáncer haciendo metástasis hasta alcanzar primero naciones vecinas y luego extender por toda la región.
Su negocio es todo tipo de crimen; trata de personas, sicariato, contrabando y hasta préstamos extorsivos tipo gota a gota.
Carlos Alvarado, exdirector del Instituto Costarricense sobre Drogas, da un panorama del peligro que representa este grupo.