En 1856, una proclama presidencial bastó para que miles de costarricenses se movilizaran hasta Rivas, Nicaragua, cuando la presencia filibustera amenazó la soberanía de nuestro país.
168 años después, la paz y la sobaría están otra vez amenazadas por "los nuevos filibusteros": el crimen organizado y los narcos. Su campo batalla está en cualquier calle o acera.
Para enfrentarlos se han sugerido muchas medidas, una de las cuales ahora propone pagar recompensas a quienes brinden información que permite la captura de los más buscados.
En este reportaje analizamos si es viable implementar un proyecto de este tipo en Costa Rica.