En el juicio que investiga la desaparición de la bebé Keibril, el acusado de apellido Casasola hizo sorprendentes declaraciones, reconociendo haber mantenido una relación oculta con la madre de la menor, quien en ese momento tenía 13 años. 

Durante su testimonio, Casasola abordó los detalles de la relación y las acusaciones en su contra, negando rotundamente los señalamientos de abuso.

"Con respecto a las relaciones, no tengo que declarar", afirmó Casasola. Sin embargo, confirmó que mantenía una relación a escondidas con la madre de Keibril, explicando que el plan inicial era irse a vivir juntos cuando ella cumpliera la mayoría de edad.

"Nosotros teníamos planeado irnos a vivir juntos cuando ella cumpliera 18 años, lo cual no se pudo dar", añadió.

El acusado también abordó la paternidad de Keibril, afirmando que siempre estuvo dispuesto a someterse a la prueba de ADN solicitada por el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) para confirmar que él era el padre de la niña. "Nunca me negué a realizar la prueba porque yo sabía que Keibril era mi hija", declaró, asegurando que, lejos de ser una figura abusiva, se sentía "un papá feliz".

En contraste con las acusaciones de maltrato por parte de la madre de Keibril, quien lo señaló por haber golpeado su abdomen durante el embarazo y haberle dado pastillas, Casasola negó enfáticamente esas acusaciones: "En ningún momento golpeé a la mamá de Keibril ni le di pastillas".

Casasola relató que el nacimiento de Keibril marcó el inicio de un momento de alegría para él, detallando que se encargó de comprar las cosas para su hija y que "fue muy bendecida porque las personas le regalaron cosas". 

A pesar de no convivir formalmente con la madre de la bebé, Casasola señaló que mantenía contacto constante con su hija, a pesar de las tensiones con Fabiola, la abuela de Keibril, con quien sostuvo una relación sentimental anteriormente y con quien también tuvo una hija de nombre Samara.

Según el acusado, la abuela (Fabiola) de Keibril no permitía que la bebé pasara tiempo con él abiertamente, pero él insistió en que ambos sabían que mantenían contacto. 

"Yo le compraba cosas, pero siempre decía que se las enviaba una vecina para evitar problemas con Fabiola", reveló Casasola, quien también indicó que tenía un conflicto con la abuela de Keibril porque ella presuntamente tenía "problemas de alcoholismo y adicciones".

Casasola relató cómo su relación con la madre de Keibril evolucionó desde una amistad hasta algo más íntimo, a pesar de reconocer la diferencia de edad. "Sabíamos que estaba mal que estuviéramos juntos, pero yo le dije que me haría cargo de la bebé cuando naciera", sostuvo.

Las declaraciones de Casasola aportan una nueva dimensión a la investigación sobre la desaparición de Keibril, en un caso que ha captado la atención nacional. A pesar de su testimonio, el paradero de la bebé sigue siendo desconocido.

El juicio sigue en curso en los tribunales de Cartago y las declaraciones del imputado podrían influir en el veredicto final.

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