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En Corralillo de Nicoya, hay un hombre que ha hecho del baile su mejor herramienta para alegrar corazones. José Miguel Sequeira, de 68 años, no solo disfruta moverse al ritmo de la música, sino que también ha convertido su pasión en una misión: contagiar con su energía y positivismo a sus compañeros del grupo para personas adultas mayores (ver nota completa en el video adjunto).

Desde hace tiempo, este grupo se ha convertido en un espacio de encuentro, donde el movimiento y la música ayudan a fortalecer tanto el cuerpo como el espíritu. Para muchos, llegar a estas clases representa un momento de escape y felicidad, pero no siempre es fácil. Hay quienes, por problemas de salud o situaciones familiares difíciles, llegan desmotivados. Y ahí es donde José Miguel hace la diferencia.

Bailar para vivir con alegría

José Miguel es el primero en animar a quienes se sienten decaídos. Con una sonrisa inquebrantable y su energía contagiosa, siempre encuentra la manera de levantar los ánimos y ponerle ritmo a cada encuentro. 

“El baile no es solo moverse, es sentir la música, reírse y compartir. Yo vengo aquí para eso, para disfrutar y para hacer que todos lo disfruten también”, comenta con entusiasmo.

Para él, la edad no es un límite, sino una oportunidad para demostrar que la felicidad está en los pequeños momentos. Con cada paso y cada melodía, logra que sus compañeros se olviden de las preocupaciones y se entreguen al placer de la música.

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