“La Faraona”: Conozca a la mujer que enciende el Parque Central de Heredia

En el Parque Central de Heredia, es común ver un rostro familiar, una figura que, con su energía desbordante y su pasión por la danza y la música, roba las miradas de todos los que pasan por ahí. 

Su nombre es Mónica Cortés, pero es conocida por todos como “La faraona”. 

Este personaje singular no solo ha conquistado a los heredianos, sino también a los visitantes que se acercan a disfrutar de su espectáculo espontáneo, cargado de alegría, ritmo y emoción.

Tiene una personalidad tan grande como su amor por las artes. Cada vez que llega al parque, su presencia es como un remolino de energía. Canta, baila y contagia su alegría a todos los que la rodean. Es imposible no sonreír al verla disfrutar de cada paso de baile, al compás de una música que solo ella parece escuchar en su corazón.

De “Dancing Queen” a “La Faraona”

En sus primeros años como artista callejera, Mónica Cortés era conocida como la “Dancing Queen”, un apodo que hacía referencia a su pasión por el baile y su habilidad para mover el cuerpo con una gracia y destreza que no pasaban desapercibidas. 

Sin embargo, con el tiempo, decidió adoptar un nuevo apodo que reflejaba su admiración por una de las artistas más grandes de España: Lola Flores. 

Inspirada por la gran “Faraona de España”, Mónica eligió el nombre de “La Faraona”, un título que hoy le queda como anillo al dedo, no solo por su aprecio hacia la figura de Lola, sino también por su majestuosidad y confianza al presentarse ante su público.

Una de las características que más destacan quienes la conocen es su capacidad para hacer sentir bien a los demás. No importa si se trata de un transeúnte casual o un habitual del parque, la presencia de “La Faraona” ilumina el ambiente. 

​"A veces, me siento como una especie de ´antorcha´ que enciende la luz en los corazones de las personas", dice Mónica con una sonrisa genuina.

Su legado es claro: llevar alegría a todos los rincones, demostrar que la vida es para ser disfrutada y nunca perder la esencia de quien uno es. Porque, al final, “La Faraona” es más que una artista; es un símbolo de autenticidad y felicidad en su forma más pura.