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La atención de denuncias en escuelas y colegios consume, cada vez más, el tiempo de la Sección Penal Juvenil del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

Gerardo Gutiérrez, jefe de esa unidad, aseguró que Costa Rica no enfrenta un aumento importante en la participación de menores de edad en delitos, sino que muchos de estos se están generando en centros educativos.

“Hoy en día, los centros educativos nos dan bastante trabajo, porque dentro de los mismos colegios e incluso escuelas hay grupos que se hacen llamar organizados de barras, que tal vez son lideradas por algún familiar vinculado a un grupo criminal que lleva la violencia a esos centros educativos.

“Ahora ubicamos personas en centros educativos con armas blancas o armas de fuego, eso nos ha incrementado la problemática, tanto así que cuando llegan las vacaciones de 15 días se nos reduce entre 5% y 10% las denuncias en la sección, ahí nosotros vemos que efectivamente hay un alto porcentaje de lo que es la violencia en centros educativos”, precisó.

Gutiérrez indicó que la mayoría de esas denuncias responden a agresiones con armas (entendidas como cualquier objetivo que intensifique la fuerza) y amenazas, así como venta y consumo de drogas.

El otro tema que aumenta en el país relacionado con la Ley Penal Juvenil es el reclutamiento de menores de edad en bandas criminales.

El oficial precisó que han identificado a sicarios de hasta 13 años y que funcionan como “robots”, un término acuñado por las autoridades para identificar a menores que son utilizados por estos grupos criminales y luego asesinados (desechados) por los propios delincuentes.

Gutiérrez defendió que todas las semanas la Sección Penal Juvenil detiene a menores de edad, pero que estos casos no salen a la luz en resguardo de los principios de privacidad y confidencialidad que protegen a los menores, pero que la unidad sí mantiene operativos constantes e incluso realiza entre dos y cuatro allanamientos por mes.


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