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Los rumores de una recesión global que rondaban a principios de 2023 parecen haberse disipado por completo, ya que el nuevo año llegaría con buenas noticias en materia económica.

En términos amplios, cifras verdes: “Será un crecimiento sano en términos generales”, señaló el analista en temas económicos, Daniel Suchar. 

Y es que las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) apuntan a crecimientos de 2,9% para el planeta; 1,8% para Estados Unidos; 1% para Europa y crecimientos superiores al 3,2% para la región de Centroamérica.

Aun así, Suchar pone la mira en al menos tres eventos globales que podrían generar noticia en materia de economía, y mover para arriba o para abajo las agujas del crecimiento.

Elecciones en EE. UU.

Desde países en la región como El Salvador, México, Panamá, República Dominicana y Venezuela, hasta naciones distantes como India, el país más poblado del mundo, cerca de la mitad de la población mundial, el 49%, está llamada a las urnas en 2024. No obstante, según Suchar, ningún proceso electoral tendrá un impacto tan significativo en la economía como el de Estados Unidos.

Para el analista, estas elecciones, que se llevarán a cabo el segundo martes de noviembre, tendrán un impacto significativo en la economía mundial; indistintamente de quién salga vencedor.

Dos guerras en curso

La guerra entre Rusia y Ucrania es otro elemento a tener en cuenta, especialmente en relación con los efectos que pueda tener en el precio del petróleo. Algo similar es lo que sucede en Medio Oriente, con el enfrentamiento entre Hámas e Israel.

Al respecto, Suchar reconoce que, pese a estos dos conflictos armados, el mercado del petróleo se mantiene estable. El experto destaca que, aunque hay tensiones geopolíticas, el precio del petróleo ha oscilado entre 75 y 65, lo que indica una relativa estabilidad.

"En el caso de Rusia y Ucrania, aunque la guerra no termina, se han planteado plan A, B y hasta C, con la instalación de plantas de carbón que, prácticamente, aseguran el suministro energético en Europa; por otro lado, si bien los países han mostrado posición política en la guerra de Israel y Hámas, no lo han hecho armamentística, y en tanto eso no pase el petróleo seguirá bastante estable", recalcó el experto.

Tasas de interés

Tras las subidas de 2023, el próximo año será un año de bajada de los tipos de interés en la política monetaria de la Reserva Federal. Eso sí, según indica Suchar, "los ajustes podrían empezar a darse en el segundo trimestre de 2024, debido a la persistencia de la alta inflación".

¿Qué le espera a Costa Rica el año que viene?

​"El próximo año, la economía de Costa Rica experimentará un crecimiento general, aunque a diferentes velocidades", señaló. 

Por un lado, la agricultura es una bandera roja, con crecimiento proyectado en 1%, afectado por los bajos precios que registran los alimentos a nivel global. "Esto podría afectar la generación de empleos, considerando que el agro es extensivo en este tema, en mano de obra poco calificada".

En el caso de la manufactura, se proyecta un crecimiento cercano al 4%, lo que para Suchar es una cifra conservadora, considerando que Costa Rica fue seleccionada por Estados Unidos para el Acuerdo de Cooperación de Producción de Chips (CHIPS Act); que significará una inversión de $100 millones durante los próximos cinco años.

El sector de la construcción también se espera que crezca por encima del 4%, impulsado principalmente por el desarrollo en zonas rurales costeras y playas, sobre todo en el Pacífico Central y Norte.

Mientras tanto, el turismo proyecta un crecimiento superior al 11%, y aquí desempeña un papel crucial el tipo de cambio. Si continúa a la baja, la combinación de inversión extranjera directa (IED) y turismo podría no reflejarse de manera positiva, haciendo que el país se perciba como más costoso.

"Eso implicaría que la gente quiera ir a Cartagena de Indias en lugar de Tamarindo, porque nos van a ver aún más caros, y eso no lo podemos ignorar. Por eso, la gestión del tipo de cambio será esencial en 2024", señaló Suchar.

En el ámbito del comercio, se espera un crecimiento cercano al 2.8%, mientras que el transporte proyecta un aumento del 4.7%, impulsado por inversiones en infraestructura vial.

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