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Un estudio de la ONG, Volcanes Sin Fronteras (VSF), determinó que como mínimo 100 rocas impactaron el sendero del volcán Poás, tras las erupciones de las pasadas semanas.

“Es entender lo que lo que sucedió, saber la capacidad que tiene el volcán, es un tipo de ‘autopsia’ de las erupciones pasadas”, aseguró el vulcanólogo Gino González.

Esto representa un promedio de un impacto cada 10 m², con rocas que miden cerca de 18 cm de diámetro y temperaturas cercanas a los 100 °C.

Incluso estas temperaturas provocaron importantes daños en la vegetación del lugar que resultó carbonizada en varios sectores del sendero del coloso. “Cada roca que cayó destruyó un árbol, lo que genera un impacto ambiental”, aseguró González.

Los datos de VSF revelaron además que las rocas superaron los 600 metros de distancia y llegaron incluso hasta un kilómetro a la redonda del cráter, gracias a una velocidad de expulsión de hasta 200 km/h.

Según el comunicado de Volcanes Sin Fronteras “estos hallazgos son importantes para ver el impacto de la erupción en el Parque Nacional Volcán Poás y evaluar los escenarios de riesgos que vive actualmente el parque, de cara a una reapertura del mismo”.

Según el vulcanólogo este estudio ayuda en mayor medida a la prevención para futuros eventos en el coloso. 

“Lo importante es saber que las rocas pueden llegar en 20 segundos, y saber que se debe evacuar en este tiempo y en qué zonas no se debe permitir el acceso a turistas”, afirmó el experto.

El volcán Poás se 'despertó' desde inicios de abril y desde entonces se ha mantenido con una importante actividad.