Política
A dos años de las elecciones, algunas figuras ya suenan como posibles interesados en ocupar silla presidencial
La maquinaria electoral ya empezó a trabajar para algunos de los interesados en llegar a Zapote.
Juan José Herrera 12/5/2024 08:00
Las elecciones presidenciales del 2026 todavía se observan lejanas; sin embargo, los primeros interesados en la contienda electoral ya empiezan a aparecer.
Al menos ocho figuras han insinuado, de alguna manera, su interés en la presidencia de la República, algunos de manera abierta y una mayoría de forma solapada, conscientes de que en la política electoral el cálculo es importante.
En la lista hay un poco de todo, desde aspirantes de larga data como Antonio Álvarez Desanti hasta otros rostros más nuevos como el exministro Luis Amador.
Así camina la maquinaria electoral:
De los partidos representados en la Asamblea Legislativa, el panorama parece estar bastante adelantado.
Juan Carlos Hidalgo, actual presidente del PUSC, intentó llegar al Congreso en las pasadas elecciones, cuando apareció en la papeleta de diputados como tercer lugar por San José.
Luego de perder en esos comicios y resultar electo como presidente socialcristiano, reconoció tener conversaciones con Rafael Ángel Calderón en busca de volver a unir al llamado “calderonismo”, hoy bajo la cobija del Partido Republicano Social Cristiano, con el PUSC.
El propio Calderón dijo a este medio que existían conversaciones sobre la posibilidad de que Hidalgo fuera la cara de esa coalición, sin que esto signifique que ya existiera una decisión tomada.
El otro nombre vinculado al PUSC que, extraoficialmente, se ha relacionado con una aspiración presidencial es el del actual diputado Leslye Bojorges, quien parece representar los intereses de un grupo de socialcristianos que se alejan de la visión de Hidalgo.
Con Liberación Nacional el tema es más complejo.
Antonio Álvarez Desanti lideró el llamado a una coalición luego del fracaso verdiblanco en las elecciones municipales, una convocatoria de la que rápidamente se apartaron el presidente y secretario general del partido.
Aun así, es sabido que el excandidato presidencial mantiene algunos apoyos en el ala liberacionista más tradicional.
Sin embargo, la dirigencia actual del PLN ha insistido por una renovación partidaria que involucre, esencialmente, rostros frescos que se alejen de la “política tradicional” que parece estar golpeando con dureza a la agrupación.
Esos rostros, a dos años de la elección, todavía no se conocen.
En el Liberal Progresista y Nueva República de momento no se vislumbran sorpresas, con Eliécer Feinzaig y Fabricio Alvarado, respectivamente, como los candidatos lógicos a representar dos banderas que siguen madurando dentro del nuevo modelo multipartidista.
Del Frente Amplio aún no se escucha nada, pero las pasadas elecciones municipales dejaron claro que José María Villalta y Patricia Mora siguen siendo caras muy presentes en esos ideales, mientras que el actual grupo de diputados reclama mayor atención hacia propuestas más jóvenes.
Tampoco hay noticias del Progreso Social Democrático, ya divorciado por completo de la figura del presidente Rodrigo Chaves y de la mayoría de los diputados oficialistas, que dejaron sola a la presidenta Luz Mary Alpízar con los colores que, hasta hace muy poco, gobernaban al país.
¿Y fuera de la Asamblea Legislativa?
Lejos de Cuesta de Moras, y también de Costa Rica, aparece el primer candidato “oficial” que tiene la contienda electoral de 2026.
El exministro Luis Amador, radicado en Canadá, lleva semanas de postear videos en sus redes sociales sobre cómo solucionaría los problemas que hoy aquejan al país, no solo en materia de Transportes.
Esa campaña inició pocos días después de que hiciera pública su aspiración presidencial una vez regrese a Costa Rica; mientras eso sucede, se mantendrá lejos de “los tentáculos del mal”.
También trascendió que el expresidente de la Caja Costarricense de Seguro Social, Álvaro Ramos, está en discusiones con un partido en formación para valorar la posibilidad de una candidatura hacia 2026.
Se trata de SUMA, grupo ligado al sector agro y que casi da por un hecho que Ramos será su caballo de batalla para esos comicios presidenciales.
Además, está Natalia Díaz, hoy ministra de la Presidencia pero fundadora y excandidata de Unidos Podemos, el gran ganador de las pasadas elecciones municipales con nueve alcaldías.
Pese a que los rumores de su renuncia son constantes, la publicista ha insistido en que permanece al frente del ministerio y que, por imposibilidad legal, no puede hablar de política electoral.
Claudio Alpízar, quien le peleó a José María Figueres la candidatura del PLN hace dos años, ha dejado ver su interés de impulsarse nuevamente, pero bajo una nueva bandera que aún no ha divulgado.
Queda también por ver hacia donde irá lo que ahora se conoce como el “rodriguismo”, la bandera que recoja la visión de Gobierno que hoy tiene Rodrigo Chaves.
Esos intereses ya pasaron por el fracasado proyecto de Aquí Costa Rica Manda y también por Pueblo Soberano, sin que ninguno haya logrado posicionarse, realmente, como la nueva casa del movimiento que gira en torno al mandatario.