Periodista: Berny Jiménez.

Dicen que una sonrisa cuesta mucho menos que la electricidad, pero da muchísima luz, y según un reciente estudio también ilumina la crianza.

Así lo determinó una investigación de la Universidad de Pensilvania, que les consultó a mil hijos adultos sobre la relación actual con sus padres. El 71% de quienes reconocieron el buen humor de sus papás, señalaron que este aspecto es eficaz en la crianza y que, en la actualidad, mantienen relaciones sanas con sus progenitores; mientras que solo el 3% de quienes señalaron una crianza estricta mantienen el vínculo.

Pero, ¿tener buen humor es igual a ser alcahueta?

“Lo que hay que diferenciar es que interponer reglas no debe ser asociado al mal humor. Si como padres somos serios estableciendo límites a nuestros hijos, no tiene nada de malo buscar espacios para el disfrute e incluso reírse de las adversidades”, señala Marianella Monge, vocera del Colegio de Psicólogos.

Algunos padres de familia compartieron sus experiencias en este campo (ver nota completa en el video adjunto).

“A mis hijos yo siempre los he criado hasta con sarcasmo, para que puedan pensar y ser más críticos de su entorno”, señaló María Jiménez, madre. “La clave del humor es que no lastime a nadie, que en el chiste todos nos riamos juntos y no ridiculicemos sus defectos”, agregó Julia López, otra mamá.

“Es que confunden diciendo que no voy a poner límites porque quiero hacerle entender a mi hijo que lo amo. Ese es el problema, que no establecemos los límites desde el amor, y el humor nos puede ayudar en este proceso”, concluyó Monge.