Patria Santa, conocida en el mundo del tatuaje como "La viuda negra", encontró en Costa Rica no solo un hogar, sino una segunda oportunidad de vida. 

A los 21 años, la colombiana escapó de su país debido a un peligro inminente: su vida estaba en riesgo tras ser involuntariamente vinculada con un grupo paramilitar. 

“O salía de Colombia o era casi un hecho que me mataban”, recuerda entre lágrimas. 

Así, en el 2001, con tan solo cien dólares y tres máquinas de tatuar, llegó a Costa Rica, un país que describe como su “tierra prometida” (repase la historia completa en los videos adjuntos de 'Más que noticias'). 

Desde joven, Santa se enamoró del arte del tatuaje, aunque en aquel entonces le dijeron que esa era una profesión “solo para hombres”. Su madre, quien soñaba con verla como una exitosa empresaria, mostró decepción cuando supo que su hija tomaría este camino. 

Sin embargo, ella le aseguró que cumpliría ese sueño, aunque “a su manera”. Con el paso de los años, no solo hizo del tatuaje su profesión, sino que se consolidó como una de las tatuadoras más destacadas a nivel internacional bajo el nombre de “La viuda negra”, un seudónimo nacido de un amor que no pudo ser.

En Costa Rica, el tatuaje fue más que una pasión: fue su salvación. Al llegar, empezó a ganarse la vida con sus tatuajes y piercings, construyendo con cada cliente una sólida red de apoyo. 

Con esfuerzo y talento, se ganó el respeto y el cariño de muchos, y pronto se convirtió en una marca reconocida en Costa Rica y otros países. Hoy, vive en el país junto a su madre y su hija, y ha fundado su propia empresa de tatuajes, además de una academia donde enseña el arte del tatuaje. Este proyecto es una forma de devolverle al país la estabilidad y las oportunidades que le ha brindado.

A lo largo de su carrera, “La viuda negra” ha formado a más de 600 personas en el arte del tatuaje. Su compromiso va más allá de las paredes de su academia, ya que muchas veces busca a personas en situación vulnerable, especialmente en comunidades como La Carpio, y les enseña a tatuar sin cobrarles un centavo. 

“No quiero que nadie pase hambres o noches sin techo como yo. El tatuaje es una oportunidad de vida, y quiero que otros la tengan”, asegura.

Además, Patria es la fundadora de Ink Natural, una plataforma para apoyar a artistas emergentes en el mundo del tatuaje. Con esta iniciativa, busca dar a conocer el trabajo de nuevos talentos y brindarles las herramientas necesarias para destacarse en la industria.

Para ella, Costa Rica es más que un refugio; es el paraíso que le ha permitido construir una vida, un legado y una comunidad. Desde aquella joven que llegó con miedo y escasos recursos, hasta convertirse en una de las tatuadoras más famosas del país, su historia es una muestra de valentía y perseverancia.

Para consultas, tatuajes o información sobre su academia, puede contactarla al 7102-1745 y seguir su trabajo en redes sociales: @Blackwidowtattoocr.