Entrevistas
Tras perder brazo y pierna en accidente, volvió a caminar y ahora quiere regresar a Bomberos
A pesar de que los médicos creyeron que no iba a vivir, este voluntario de La Fortuna les demostró que estaban equivocados y hoy reta de nuevo a la vida con una actitud positiva y con su mayor motor: la familia.
Luis Jiménez 13/10/2024 08:00
Jefry Varela, de tan solo 23 años, sufrió un violento accidente: un conductor lo atropelló en La Fortuna de San Carlos, Alajuela, el pasado mes de marzo.
Fue tal el impacto del vehículo involucrado, que este le arrancó una pierna y un brazo; sin embargo, a pesar de que los médicos creyeron que iba a morir, él se mantuvo siempre positivo y con fe de que iba a salir con vida.
Este voluntario de la Estación de Bomberos de La Fortuna contó su historia a Teletica.com y la compartimos a continuación.
¿Quién es Jefry Varela?
Soy una persona y un “bicho” muy querido en la zona porque soy muy cooperativo, me gusta ayudar a todos, soy muy sociable y amigable. Yo nací en el Hospital San Carlos y soy de La Perla de La Fortuna, donde ocurrió el accidente.
Estoy casado desde hace tres años y tengo un bebé de 9 meses, que se llama Noha.
¿Cómo llega a ser voluntario del Cuerpo de Bomberos?
Me motivó cuando vi a un compañero bombero haciendo su trabajo, hablé con él sobre cómo hacía para trabajar con ellos, me dijo que había un proceso largo y, después de eso, fui a la Estación de Bomberos de La Fortuna a preguntar porque me gustaba lo que hacen ellos, los bomberos, su labor me jalaba y me motivaba mucho, era algo muy apasionante.
Pregunté cómo podía ser uno de ellos, así que hice todo el proceso de pruebas físicas y de teoría; a partir de ahí empecé a ir a reuniones de voluntarios y cada vez me gustaba más. Para ese entonces, tenía 20 años y estaba a punto de casarme.
El proceso duró bastante porque llegó la pandemia, cayó la regla fiscal y nos atrasaron con muchas cosas y duré dos años intentando ser voluntario, hasta que al fin lo logré.
¿Cuál fue la primera emergencia que atendió?
Fue un ataque de abejas, yo estaba en la Estación 2-15 de La Fortuna de San Carlos. Debo confesar que tuve muchos nervios, pero todo normal.
En otra ocasión, me topé a mis compañeros trabajando en un accidente de tránsito cuando iba caminando de civil, me llené de mucha ansiedad porque yo quería entrar a ayudar, pero no pude porque no tenía el equipo, yo andaba trabajando. Realmente, ser bombero es algo que me apasiona.
¿A qué se dedica además de ser voluntario de Bomberos?
Yo trabajaba en una empresa privada, en un supermercado de la zona. Y en mi tiempo libre hacía voluntariado en Bomberos.
Video de Jefry aprehendiendo a caminar de nuevo:
¿Cómo fue el accidente que le ocasionó la pérdida de su brazo y pierna izquierda?
Ya casi cumplo siete meses del accidente. Fue un 20 de marzo de 2024, en horas de la tarde, en mi tiempo libre. Estaba en mi casa, el bebé apenas tenía dos meses y mi mamá me pidió que la fuera a dejar a la casa de ella, a unos 4 kilómetros de mi casa, así que fui en motocicleta y, al regreso, a un kilómetro y medio de la casa, iba en una recta donde había una vuelta, en eso viene un vehículo de frente y voy por mi carril a una velocidad baja, mientras pensaba que tenía que comprar una Coca-Cola porque había hecho tacos de birria e invitado a mis amigos y familiares. Veo el carro al fondo donde venía y, de repente, me invade el carril y cuando tenía menos de cuatro metros para esquivarlo le toqué el pito y como no reaccionó me tiré a la ronda y me impactó.
Me golpeé del lado izquierdo, salí volando como a 10 metros de donde me chocó el carro que iba muy rápido, yo siempre estuve consciente, y pensé: qué pichazo me llevé.
Yo solo, con una mano, me quité el casco, me iba a parar y me sentía muy bien, pero en ese momento me acordé de la teoría de Bomberos que dice que cuando un paciente se siente bien en un accidente realmente está mal, así que me senté.
El pie derecho y brazo lo tenía bien, cuando me revisé la pierna izquierda la tenía fracturada, el fémur expuesto, no tenía dedos, tenía la pierna arrastrada y en mi mente dije: qué duro. Luego me revisé el brazo y también estaba fracturado, el antebrazo no tenía músculo ni nada de carne, tenía el hueso pelado; ahí sentí feo y dije: hasta aquí llegué, y no voy a ser bombero.
No gritaba ni nada, estaba tranquilo, en eso llegó mi mamá, mi esposa, mi papá y ellos me abrazaban nada más porque estaba en condición roja, esperé para que llegara la ambulancia, siempre iba consciente y me llevaron al Hospital San Carlos. Estaba que fallecía y le decía a mi mamá que iba a salir de esto, pero llevaba las extremidades guindando.
Cuando llegué al hospital, el doctor dijo: “Este muchacho está delirando, se desangra, no hay nada que hacer”; de inmediato, le respondí y le dije que no estaba delirando, que estaba consiente y me siento bien; yo sé qué tengo y qué no, así que el médico me retó y me preguntó que si era cierto eso que le diera el número de placa de la moto que conducía y qué fue lo que me había pasado, así que le di la información que me pidió y todos se sorprendieron.
Me llevaron a hacer placas y los demás exámenes; después, como ya era tarde, le pregunté qué iban a hacer, en eso vi que traía las máquinas para ponerme en coma inducido, ahí le pedí a Dios que hiciera su voluntad. Al sexto día, desperté del coma, tenía mucha sed, hambre, pero no me salía la voz ni saliva.
En el hospital estuve tres días seguidos sin dormir. Me dijeron que para salvarme la vida tenían que cortarme el pie y el brazo y yo les dije que me hicieran lo que fuera para vivir.
Cuando desperté de la amputación, quería verme para saber cómo quedé y cuando me vi, no entré en caos y estaba muy tranquilo.
¿Cómo fue el momento cuando volvió a su casa sin una pierna y un brazo?
Cuando regresé a la casa, uno se siente mejor, pero es todo un reto porque usted se estresa, se deprime porque no se puede lograr lo que se hacía antes y, más aún, tenía a mi bebé pequeño, a veces lloraba y no lo podía atender, y me sentía muy mal porque no podía ayudarle a mi esposa en nada.
Los compañeros de Bomberos me preguntaban cómo me sentía, pero pensaba que si iba a la estación era a estorbar. Me sentía mal y un día en la noche le dije a Dios que me diera una señal y a la mañana siguiente pensé que no podía quedarme aquí; tenía que caminar, sabía que todo sería diferente, pero debía volver a ser igual como cualquier persona.
Empecé a bañarme y ponerme la ropa solo, después también ya comía solo y el primer día que hice café se me cayó todo, ahí pensé que si no podía hacer eso no iba a hacer nada.
¿Cómo ha sido el proceso de volver a caminar?
Poco a poco, estoy aprendiendo. Tuve muchas caídas al principio y parecía un canguro cuando caminaba, me quedaba sin aire y pensaba que lo que hacía antes normal ya no lo podía hacer, y también me daba vergüenza cuando me caía porque mi esposa corría a ayudarme y antes eso era algo básico y muy fácil en mi vida.
Hace poco que me dieron la prótesis de la pierna, fue una victoria grande porque pude pararme solo y caminar, creí que iba a sentir dolor con la prótesis, sin embargo, cuando me la pusieron sentí algo diferente, no era como pensaba y todos los días es un gran reto.
Cuando salgo y voy a una cita médica, pienso de todo, desde cómo subirme al carro, cómo caminar, subir las rampas y lo que antes era normal ahora es muy distinto.
¿Cómo consiguió la prótesis?
La tengo desde hace un mes y tres días, mi familia hizo actividades, bingos, cabalgatas para poder conseguirla y hasta tenemos una campaña para recolectar dinero y poder tener la prótesis del brazo. La campaña la estamos haciendo con los bomberos de La Fortuna y, gracias a Dios, me han ayudado.
La campaña se ha hecho por todo lado, y también tenemos Sinpe Móvil para las personas que me quieran ayudar a través de los números de teléfono 6352-6219 y 7225-4250, a nombre mío (Jefry Varela)
¿Qué es lo más difícil de todo este proceso?
Lo más difícil es aceptar que uno tiene que hacer las cosas normales, pero diferente, para abrir una simple galleta ahora tengo que ingeniármelas. Al principio es un reto porque tengo solo una mano y hasta pararse es difícil porque no es el mismo equilibrio.
¿Qué pasó con el conductor que lo atropelló?
Era un extranjero, de nacionalidad nicaragüense, que no tenía ni licencia de conducir. Después del accidente, lo llegaron a recoger y hoy no sé nada del muchacho ni me preguntó cómo he estado, cómo sigo; prácticamente se desapareció y, como dicen, lo tragó la tierra.
¿Qué mensaje le da a esas personas que están pasando por lo mismo que usted?
No se echen para atrás, estar con la familia es lo más importante, todo tiene un propósito en la vida, hay que ponerle ganas a la vida porque no hay límites. Los que sufrimos esto debemos salir del entorno en que estamos y tratar la vida como un regalo porque nos están dando una oportunidad, hay que aprovechar y no morir en una cama y silla.
Muchas personas nos ponen límites, pero les puedo decir que sí se puede caminar de nuevo.
El sueño mío está en mi familia, en mi bebé y estar de nuevo como voluntario en Bomberos, voy a demostrar que sí se puede porque el no tener una parte del cuerpo no significa que no se puede hacer nada.
Mis compañeros de Bomberos están asombrados de que ya puedo caminar, y me motivan porque me siguen tomando en cuenta y yo no puedo defraudarlos a ellos ni a mi familia. Uno tiene que demostrar que se puede y la familia es el motor.