Nacional
¿Cuándo bajará el precio del tomate? Esta es la proyección de analistas de la UNA
Con precios que superan algunos cortes de carne, el tomate se convirtió en un lujo. Expertos de la Universidad Nacional explican por qué puede bajar su costo.
Stefanía Colombari 29/1/2025 16:30
La significativa subida en el precio del tomate —que llegó a costar más de ₡4.000 el kilo— despertó todo tipo de reacciones entre los costarricenses. Algunos se lo tomaron con humor, y no tardaron en popularizar decenas de memes sobre el tema en las redes sociales.
Muchos otros se vieron obligados a dejar de consumirlo y sustituirlo por otro producto, pues el precio de esta fruta incluso sobrepasaba el precio por kilo de algunos tipos de corte de res.
No obstante, parece que la temporada de altos precios en el tomate vislumbra su fin en un futuro cercano. Así lo sugiere un análisis del Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe), de la Universidad Nacional, que prevé una bajada en el precio a partir de la segunda o tercera semana de febrero.
Se trata de una previsión del economista de este centro, Leiner Vargas, quien analizó los factores de estacionalidad en la cosecha, la cual se vería beneficiada debido a la transición gradual hacia la temporada seca.
Con este estimado, los precios que oscilaban entre 3.500 y 4.000 colones por kilogramo en los estantes de supermercados y ferias del agricultor volverían a los 1.500 y 2.000 colones por kilo, a mediados de febrero.
Este cambio de precio se daría en un plazo relativamente corto debido a que la producción del tomate ocurre en ciclos de dos semanas.
“Los tomateros que tienen producciones intensivas con protección solar y contra la lluvia van teniendo cosecha nueva en cada ciclo. Se les atrasó la producción porque faltó sol en diciembre, pero ya en enero se está corrigiendo esa situación” explicó Vargas.
Según el académico del Cinpe-UNA, las influencias indirectas de los huracanes Sara y Rafael, sumados a la zona de convergencia intertropical que generaron 22 días de lluvias, propiciaron la disminución en la oferta del tomate.
Este efecto también se empeoró a raíz de la época en la que ocurrió, que es cuando se consume más tomate debido al inicio de la temporada alta en el turismo.
No obstante, Vargas proyecta que, para el periodo de floración de enero, la oferta se volverá a incrementar, lo cual generará que los precios se estabilicen.
La Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria estimó en más de 500 millones de colones las pérdidas que sufrieron los productores debido a las lluvias.
Por lo anterior, Vargas afirma que la subida de precios nunca benefició a los productores o comercializadores.
“No es que los productores estén ‘haciendo su agosto’. Es el clima que afecta de manera directa los bolsillos de los consumidores, lo que ha llevado a muchas familias a sacar de su lista de compras el tomate y verse obligados a sustituirlos por otras variaciones”, expresó Vargas.
La papa, el chile dulce, la cebolla y el pepino, entre otros, son parte de otros productos agrícolas que también aumentaron de precio.
Vargas puso como ejemplo lo que ocurre actualmente con el brócoli.
“Prácticamente desapareció del supermercado. Conseguir un brócoli en buen estado se volvió casi que una labor detectivesca, aunque no sea tan demandado en la dieta del costarricense. Otro caso singular fue el chile, que no tuvo tiempo para su maduración, y eso dio paso a que hubiese más oferta de chile verde, por lo que el efecto no se sintió tanto”, explicó el economista.
Otro caso es el de la papa, cuyo valor ascendió hasta en un 200%, influenciado tanto por una mayor demanda propia de la temporada navideña como por la afectación climatológica sobre los cultivos.
Pero la estabilización en el precio de este producto ocurrirá incluso antes que el tomate, porque hay un porcentaje de este que se importa, lo que genera un balance en la demanda, según Vargas.
De acuerdo con la lista oficial de precios del Consejo Nacional de Producción (CNP), la estimación preliminar de importación indica que al 2024 se compraron del exterior 4.153 toneladas métricas de papa fresca y 29.931 toneladas métricas de papa procesada.
El economista indicó que el hecho de que el clima pueda generar estas alteraciones la hace un llamado al Estado para que dé pasos más acelerados para ir migrando a una agricultura de precisión que permita que los agricultores tengan mayor control sobre sus cultivos.
“Debemos tener fincas donde exista una protección ante las alteraciones climáticas y evitar así riesgos ante el exceso de sol en determinados periodos, que controle la aparición de plagas o de lluvias como las que hemos visto y acostumbrar al agricultor a centrarse en esos ciclos de dos o tres semanas y no solo en un boom de cosecha que se pueda perder después”, afirmó Vargas.